15 nombres en la NBA que viene


Vuelve la NBA. Cuatro meses han pasado desde que los Lakers se proclamaran campeones por segunda ocasión consecutiva. El nuevo curso nos trae muchas novedades, destacando, cómo no, el ‘Big Three’ de Miami, con el objetivo de destronar a Pau, Kobe y compañía. Muchos jugadores cambiaron de equipo, otros seguirán buscando el anillo en el mismo equipo y algunos amenazan con explotar en su primer año en la Liga.

Kevin Durant (Oklahoma City Thunder), alero de 22 años y 2’06 de altura. Promedios 2009-10: 30’1 puntos, 7’6 rebotes, 2’8 asistencias, 1’4 robos y 1 tapón (47% en tiros de campo y 90% en tiros libres). El mundo es suyo. Al menos así lo hace indicar el tremendo e inconcluso potencial de la estrella de los Thunder. El año pasado consiguió el primero de los muchos títulos como máximo anotador que figurarán en su palmarés cuando ponga fin a su carrera profesional.

Demostrado, además, su incuestionable liderazgo en el equipo norteamericano campeón del mundo, ahora es el turno de ratificar las excelentes sensaciones apuntadas el curso pasado comandando de nuevo al grupo que dirige Scott Brooks a una temporada plagada de éxitos. Junto a Westbrook, y al lado también de un ramillete de prometedores jugadores, Durant está llamado a escribir desde ya su leyenda en playoffs, y a hacerlo de la forma reservada para los más grandes: a base de actuaciones legendarias y completando un recorrido extenso. El cielo es su límite y el MVP llama ya a sus puertas.

Blake Griffin (Los Angeles Clippers), ala pívot de 21 años y 2’08 de altura. Promedios en el ‘college’ (Oklahoma- 2008-2009): 22’7 puntos, 14’4 rebotes (65% en tiros de campo y 59% en tiros libres). Una más que inoportuna, y gravísima, lesión nos privó de disfrutar de un jugador interior llamado a marcar una época, a pesar de figurar en uno de los equipos malditos de la Liga. Nadie cuestiona su tremendo potencial y tampoco existe mucha duda de que, si todo transcurre por los cauces de la normalidad, será designado ‘rookie del año’.

Ya han surgido las comparaciones que vaticinan para él un impacto similar al de Charles Barkley en su primer año en la Liga, y es que las similitudes en su juego no son pocas. Dotado de un físico explosivo, Griffin es un reboteador insaciable que, en cambio, debe mejorar su porcentaje desde la línea del tiro libre, más aún teniendo en cuenta la cantidad de veces que la visitará. En Los Angeles hay un nuevo ídolo y no juega en los Lakers.

Amare Stoudemire (New York Knicks), ala pívot de 27 años y 2’07 de altura. Promedios en 2009-10 (Phoenix Suns): 23’1 puntos, 8’9 rebotes, 1 asistencia y 1 tapón (55% en tiros de campo). La Gran Manzana recibió con los brazos abiertos a la única súper estrella que lograron convencer en el apetecible y cuantioso mercado de agentes libres. Lebron, Bosh y Wade prefirieron hacer oídos sordos a los cantos de sirena de D’Antoni, quien, por el contrario, ya presume de nuevo jugador franquicia.

Papel complicado para Amare: llega con la vitola de finalista del Oeste y con amplia experiencia en playoffs, lo que no garantiza el éxito inmediato en una franquicia que siempre anda sumergida en urgencias de gloria. New York no es Phoenix, y a su lado ya no estará Nash. La pregunta, en el ‘top 5’ de todas las que flotan en este ambiente previo al inicio de campaña, es clara: ¿será capaz de liderar a los Knicks a la postemporada?

Rajon Rondo (Boston Celtics), base de 24 años y 1’85 de altura. Promedios en  2009-10: 13’7 puntos, 4’4 rebotes, 9’8 asistencias y 2’3 robos (50% en tiros de dos, 21% en triples y 62% en tiros libres). All Star y elegido en el primer equipo defensivo de la campaña pasada. Argumentos más que sólidos para empezar a pensar en este atípico base como el futuro líder de los Celtics. Aún si Garnett, Pierce y Allen no sobrepasaran la treintena, visto lo demostrado por el de Louisville durante los últimos playoffs se le otorgaría dicha vitola sin reparo alguno. Pero como la edad de sus compañeros no perdona, se acelera el proceso mientras que resulta evidente que él está dispuesto a asumir su nueva condición. Como le dé por mejorar el tiro exterior, y una vez comprobado su reinvención como asistente de lujo, apaga y vámonos.

 

John Wall (Washington Wizards), base de 20 años y 1’93 de altura. Promedios en el ‘college’ (Kentucky- 2009-10): 16’6 puntos, 4’3 rebotes, 6’5 asistencias, 1’8 robos y 4 pérdidas (46% en tiros de campo y 75% en tiros libres). Máximo candidato a ‘rookie’ del año si Blake Griffin, tal y como era su sino, hubiera disputado la temporada 2009-2010 como novato. No es así y todo hace indicar que su impacto podría quedar menguado por la prevista explosión del ala pívot, a pesar de ser el primer elegido en la promoción del 2010.

Las comparaciones sitúan a Wall como un nuevo Derrick Rose y lo cierto es que en su aventura universitaria a las órdenes de Calipari no ha hecho otra cosa que dar la razón a quien piensa así. Prototipo de base veloz, eléctrico más bien, con gran visión de juego, participativo en el rebote y con una tan abusiva como efectiva tendencia a exprimir su facilidad para la penetración. Queda pendiente afinar la puntería desde la larga distancia. Destinado a robar el protagonismo al díscolo Arenas. Washington ha encontrado jugador franquicia, siempre y cuando una más que probable espiral de derrotas no acabe cansándole al cabo de los años.

Carmelo Anthony, (Denver Nuggets), alero de 26 años y 2’03 de altura. Promedios en 2009-10: 28’2 puntos, 6’6 rebotes y 3’2 asistencias (45% en tiros de dos, 31% en libres). ¿Qué será, será…? El verano del ex de Syracuse no ha sido precisamente un ejemplo de serenidad, dados los insistentes y diversos rumores de traspaso hasta el extremo de que  todavía a día de hoy su futuro en Denver parece una quimera.

Si opta por permanecer un año más a las órdenes de Karl, éste contará con el arriesgadísimo hándicap de que su mejor jugador a buen seguro paseará su mente por mejores (para él) escenarios: véase el Madison Square Garden, sin ir más lejos. ¿Cómo afectará este hecho al resto del equipo? Existirá la misma química para que, junto a Billups, Nené o J.R Smith, sigan acudiendo a su cita anual con los playoffs?

Por el contrario, si al final se consuma su adiós, y en función del equipo en el que recale, ya sea con más o menos aspiraciones, la terna de favoritos al título podría dar una nueva vuelta de tuerca. Atentos a ‘la decisión de Carmelo’.

Erik Spoelstra, entrenador de los Miami Heat. Tercera campaña en el club. Récord: 164 partidos dirigidos, 90 victorias y 74 derrotas (54%). Playoffs: 12 partidos, 4 ganados y 8 perdidos. Temporada mucho más complicada para el entrenador de los Heat de lo que muchos pronostican observando el nuevo ‘Big Three de la Liga que tendrá a su disposición. Contar en un mismo ‘roster’ con Lebron, Wade y Bosh supone un arma de doble filo que no admite medias tintas: el anillo es el único final admisible para un camino aparentemente de rosas. Todo lo que no sea acabar la temporada en junio con una sonrisa en la cara será catalogado como fracaso. Es la característica que define a estos mega proyectos.

El papel del entrenador, no existe la menor duda al respecto, se antoja decisivo en el resultado final. Hasta la fecha, Spoelstra sólo ha tenido que lidiar con una estrella, si bien ha sabido compaginar de manera óptima el papel de Wade con un reparto de jóvenes secundarios. La situación ahora es completamente diferente y su función como director de orquesta es la de evitar egos, cohesionar responsabilidades y repartir encargos. Pero puede que el aspecto que más preocupe a los seguidores de Miami es que sus jugadores sean capaces de entender al que manda. Quizás vendría bien una charla con el Maestro Zen, cuya carrera como técnico siempre se ha enmarcado en este paisaje.

Derrick Favors (New Jersey Nets), ala pívot de 19 años y 2’08 de altura. Promedios en el ‘college’ (Georgia Tech- 2009-10): 12’4 puntos, 8’4 rebotes, 1 asistencia y 2’1 tapones (61% en tiros de dos y 62% en libres). Sólo un año en el ‘college’ han bastado para que este atlético y talentoso interior haya decidido dar el salto al profesionalismo y, con ello, aportar una razonable dosis de ilusión a los alicaídos Nets.

Junto a Brook López, el número 3 del Draft formará una más que atractiva pareja en la zona, justo el lugar donde el novato se desenvuelve mejor. Avery Johnson ya se encargó de añadir presión ante su debut afirmando que le recordaba al imberbe Duncan, allá por su primer año en San Antonio. Parece inconcebible que llegue a emular los pasos del mejor ala pívot de la historia, pero su calidad es innegable. Dispondrá de muchos minutos en New Jersey, lo que podría acelerar su proceso de maduración, con muchas etapas por quemar tras su efímero paso por la Universidad.

Jameer Nelson (Orlando Magic), base de 28 años y 1’83 de altura. Promedios en 2009-10: 12’6 puntos, 3 rebotes y 5’4 asistencias (44% en tiros de dos, 38% en triples y 84% en tiros libres). Durante una fase del pasado verano, se oyó con fuerza el rumor de un posible traspaso por el cual Chris Paul llegaría a Orlando y Nelson abandonaría Florida. Si a esta amenazante hipótesis añadimos la enorme superioridad demostrada por Rondo ante el ‘14’ Magic en las pasadas Finales del Este, estamos ante una campaña decisiva para el futuro del ex de Saint Joseph’s. Está obligado a ofrecer su mejor versión, aquella que siempre cuesta ver sobre la cancha, debido en parte al amplio historial de lesiones que le acompaña, pero que sí es lo suficientemente buena como para llegar a ser All Star (2009).

Los Magic parten como favoritos en el Este, pese a que todos los focos se sitúen en el otro lado el estado. En este sentido, Nelson debe ser capaz de administrar de forma óptima los tiempos y de saber lo que necesita su equipo una vez llegada la lucha por el título. A su lado estará Howard, lo que es una ventaja añadida. Pero debe dar un paso adelante, ya que siempre se espera más de él. Está ante su última oportunidad.

Byron Scott, entrenador de los Cleveland Cavaliers. Primera campaña en el club. Récord como técnico NBA: 707 partidos dirigidos, 352 ganados y 355 perdidos (49’8%). Playoffs: 57 partidos, 33 ganados y 34 perdidos. Entrenador del año en 2008. Doble finalista de la NBA con New Jersey Nets en 2002 y 2003. Año 1 post Lebron y el ‘marrón’ para Scott. El tres veces campeón de la NBA (como jugador) asume, con todos los riesgos que ello supone, la tarea de disimular en la medida de lo posible la reconstrucción de los Cavs, surgida a partir de la marcha del MVP en los dos últimos cursos.

El técnico vuelve al Este tras su paso de 5 años (y 9 partidos del sexto) en New Orleans con Chris Paul como jugador franquicia. En Cleveland ese rol lo asumirán Mo Williams y Antawn Jamison, en un equipo huérfano de muchas cosas, todas las que aportaba ‘el elegido’.

La tristeza se pasea por Ohio; Scott tiene ante sí un enorme reto como profesional. Si consigue acceder a la postemporada, y mimbre tiene para que esto sea así, habrá cumplido su objetivo. No se le va a pedir ahora lo que Lebron no fue capaz de conseguir.

Ron Artest (Los Angeles Lakers), alero de 30 años y 2’01 de altura. Promedios en 2009-10: 11 puntos, 4’3 rebotes, 3 asistencias y 1’4 robos (41% en tiros de campo, 35% en triples y 68% en libres). El Artest del séptimo partido de la pasada Final de la NBA. Ese es el jugador que quiere Phil Jackson. Un elemento amenazador, inspirado, aplicado y nada alocado. Capaz de anotar cuando se le necesita, de defender todo lo duro que se le presupone y de mantener la cabeza en su sitio justo cuando el balón quema. Algo más que un titular. Una tercera vía de escape, que aparezca cuando Kobe y Pau no andan finos o cuando su aportación se antoje ineludible.

En un año en el que la competencia en una previsible Final será, a buen seguro, tan agresiva como la del año pasado, el mejor defensor en 2004 es pieza fundamental para que la balanza vuelva a caer del lado amarillo. Sí, las estrellas son otros, pero los equipos campeones se construyen, y perduran, con tipos como él.

Carlos Boozer (Chicago Bulls), ala pívot de 28 años y 2’06 de altura. Promedios en 2009-10 (Utah Jazz): 19’5 puntos, 11’2 rebotes, 3’2 asistencias y 1’1 robos (56% en tiros de dos). Casi el mismo caso que Amare Stoudemire. Ala pívot experto y poseedor de un talento descomunal que abandona el Oeste ante la superioridad Laker para tratar de encontrar otro equipo en el Este que le posibilite aspirar al anillo. Con una diferencia: Boozer tiene a su lado una amplia batería de jugadores de calidad (encabezada por Derrick Rose y Luol Deng), de la que Stoudemire carece.

Una lesión ha privado al ex de Utah de la pretemporada y entrará con retraso en la competición oficial. Por tanto, toca puesta a punto individual, nada que le resulte ajeno, dado lo propenso que es está el nativo alemán a pasar por la enfermería. Una vez recuperado, los playoffs son el único objetivo de los de Thibodeau, quien, por otra parte, se encuentra con un caramelo apetecible en su primer año como entrenador jefe.

Ya en la postemporada, es de suponer que el ‘5’ de los Bulls tendrá que lidiar con los Garnett, Bosh o Howard de turno. Avisado está.

DeMarcus Cousins (Sacramento Kings), pívot de 20 años y 2’11 de altura. Promedios en el ‘college’ (Kentucky- 2009-10): 15’1 puntos, 9’8 rebotes, 1 asistencia y 1’8 tapones (56% en tiros de dos y 60% en libres). Más talento para una generación ‘rookie’ que no anda falta de él. Dalembert es la escasa competencia en los Kings para este pívot dotado de una planta envidiable: rápido a pesar de sus 2’11, ágil y contundente ante el aro. A diferencia de los interiores eminentemente físicos, es capaz de ofrecer un amplio surtido de movimientos en la zona, destacando su velocísimo reverso en el poste.

Al igual que Favors, necesita aumentar sus porcentajes en la línea de tiros libres; será objetivo de muchísimas faltas, una vez ganado el respeto arbitral.

Este número 5 del Draft supone un urgente argumento para la esperanza de los Kings.

Stephen Curry (Golden State Warriors), escolta de 22 años y 1’91 de altura. Promedios en 2009-10: 17’5 puntos, 4’5 rebotes, 5’9 asistencias y 1’9 robos (46% en tiros de dos, 43% en triples y 88% en libres). Sólo una temporada en la NBA bastó para que el hijo de Dell Curry apuntara que llegará mucho más lejos que su padre en su carrera profesional. Poseedor de la misma efectividad y elegancia en el tiro exterior, añade además una gran facilidad para la penetración a canasta. Rebotea, asiste, defiende… y ya es campeón del mundo. ¿Qué más se puede pedir en un año?

En su temporada ‘sophomore’, Curry disputará con Ellis el liderazgo de unos Warriors reforzados en la pintura con David Lee. Tiene todas las de ganar porque tiene la cabeza mejor amueblada que su compañero en el juego exterior. Una vez que su responsabilidad esté de acorde a su talento, estaremos ante un perenne All Star: uno de los jugadores llamados a dominar la Liga. Con sólo 1’91.

Luis Scola (Houston Rockets), ala pívot de 30 años y 2’06 de altura. Promedios en 2009-10: 16’2 puntos, 8’6 rebotes y 2’1 asistencias (51% en tiros de dos y 77% en libres). Ser All Star. Al argentino se le exigirá, por lo menos, que juegue a ese nivel. Que luego sea incluido en la cita de Los Angeles dependerá de muchos factores pero muchos de ellos (Boozer o Stoudemire) ya han despejado el camino.

La excelente temporada que completó el ex del Caja Laboral durante el año pasado hace pensar que, ya en la treintena, estamos asistiendo a su eclosión como jugador total. Y el ruido que emana de ese estallido es devastador. Para los Rockets, como para por supuesto la albiceleste, es la referencia en la zona; y casi también fuera de ella, ya que ha culminado con precisión de cirujano la maduración de un mortífero lanzamiento de 4-5 metros.

Ante la ausencia, partido sí partido no, de Yao Ming, Scola debe estar dispuesto a no rebajar el nivel exhibido hasta ahora, ese que le sitúa en la élite de los ‘4’ de la Liga. Trabajo le ha costado pero, como calidad le sobra a raudales, la recompensa, en forma también de millonaria renovación, ha llegado. Toca justificar (de nuevo ¿y ya van…?) que esa apuesta monetaria no está construida sobre territorio secano. Despejará las dudas que algún incrédulo aún puede tener.

Carlos Balboa dixit

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