«Robin Hood» Nowitzki perpetra el robo del siglo y Dallas da la campanada en Miami (95-93)


Era el guión soñado. 07:14 minutos para el final del partido. Un American Airlines Arena lleno hasta la bandera y vestido de blanco pureza. Miami disponía de 15 puntos de ventaja (73-88) que parecían suficientes para colocar el 2-0 en las Finales de la NBA y seguir imbatido en casa en estos playoff. Parecía oro, pero acabaría siendo plata. Lo que ocurrió a partir de ese momento ya forma parte de la historia. Dallas, en un arrebato de mágica épica, remontó lo que se antojaba irremontable, ganó un partido que parecía inganable y robó un factor cancha que los Heat habían defendido a ultranza con uñas y dientes. Y todo ello gracias a una bandeja llena de rabia y de ánimo de venganza por lo ocurrido en 2006 anotada por el hombre por excelencia de los tejanos, Dirk Nowitzki, cuando restaban 3.6 segundos de partido. Los Mavericks habían conquistado el fortín inexpugnable de los Playoffs NBA 2011 al más puro estilo «el más difícil todavía».

Mucho antes de que todo esto ocurriera, en el primer cuarto, Dallas ya había dejado claras sus intenciones de batalla. Con Tyson Chandler haciendo mucha pupa en la pintura y un Deshawn Stevenson muy trabajador tanto en ataque como en defensa, los chicos del Oeste llegaron a mandar por 6 (12-6) en los compases iniciales del encuentro. Pero dos de los integrantes del trío maravilloso de Miami, Lebron James y Dwyane Wade, se metieron pronto en contienda y no tardaron en poner a su equipo al frente (13-14, 05:55). Dallas se empecinaba una y otra vez en no buscar soluciones a su pobre defensa, que nada podía hacer ante las letales penetraciones de las estrellas heat. Tampoco ayudaba mucho tener en cancha a un fallón Jason Kidd, que perdió muchísimos balones en detrimento de sus compañeros. Su homólogo en Miami, Mike Bibby, desaparecido en combate desde hacía mucho tiempo, tenía su noche desde el triple. Aun así, las distancias eran mínimas y el partido, un correcalles vibrante. El primer cuarto concluía en un justo empate a 28, con un portentoso Lebron James como protagonista del mismo.

Dallas quería más, y lo tuvo. La entrada de José Juan Barea en el segundo cuarto le dio una revolución más al partido y a los Mavericks. El base de origen leonés dirigió muy bien el ataque de los suyos, que gracias a una correcta defensa pudieron salir al contraataque en varias ocasiones, volviendo a escaparse en el marcador (38-32). Miami volvía a acercarse gracias a Wade, totalmente trepidante desde el minuto uno de partido, pero Dallas seguía logrando mantener las distancias en el marcador, gracias sobre todo a un efectivo Chandler, muy buscado por sus compañeros. Fue el ex jugador de Charlotte Bobcats quien forzó la 3ª falta personal de Lebron James, mandándole al banquillo. Así, los pupilos de Carlisle se encontraban en una situación parecida a la que se les presentó al inicio de la segunda parte del primer partido: 51-42 arriba merced a un ataque muy fluido y a una mejor defensa sobre las estrellas heat. Sin embargo, las aspiraciones de Dallas se diluyeron cual azucarillo cuando tiraron por la basura todo el trabajo realizado dando vida a los Heat, quienes engrosaron a los visitantes un parcial de 0-9 antes del descanso. Ambos conjuntos se iban a los vestuarios de nuevo empatados (51-51), pero Miami se sabía superior. Dallas volvía a tirar por la borda un buen margen por culpa de sus inoportunas desconexiones del partido, que podían perjudicarles mucho.

El castigo no tardó en llegar. La caraja del tercer cuarto, tan de moda últimamente, la sufrieron Nowitzki y compañía en sus propias carnes tras el paso por vestuarios. Miami parecía estar cerca de romper el partido y quizá la serie (61-71), pero Nowitzki, Marion y Chandler lo impidieron, recortando diferencias (71-75) por mediación de un todavía desconocido Jason Terry. Dallas había podido sobreponerse a las letales contras de los «Beach Boys» y a los triples de un enrachado Bibby, mas todo seguía apuntando a que Miami se haría también con la victoria en el segundo partido de las Finales. Hasta sus aficionados habían abarrotado el pabellón con la premisa de que éste sería el último partido en casa de la temporada para sus amados Heat. Y el último cuarto llegaría a confirmarlo durante muchos minutos.

Los errores se apoderaban de nuevo de Dallas, y Miami, con una fenomenal defensa, se ponía primero 6 arriba (73-79) y luego con 15 puntos de ventaja cuasi decisivos (73-88). Todo parecía perdido inevitablemente. Entonces llegó el milagro. La defensa hizo por fin acto de presencia por parte maverick, los Heat estuvieron sin anotar muchísimos minutos y Dallas, aupado por sus líderes, logró la increíble machada. 17-2 de parcial en los últimos 5 minutos y empate a 90 a falta de 59.6 segundos. Nowitzki ponía por delante a los suyos desde el triple (93-90), a lo que respondió Mario Chalmers desde la misma distancia. Y fue entonces cuando el alemán, aún dolido por la derrota en 2006 ante idénticos protagonistas, saldó cuentas pendientes y perpetró el auténtico robo del siglo con esa bandeja que aún visionan atónitos los integrantes de los Heat en sus pesadillas.

HEAT 93
MAVERICKS 95

93 – Miami Heat (28+23+24+18): Bibby (14), Wade (36), Anthony (-), Bosh (12), James (20) -cinco inicial-, Miller (-), Haslem (2) y Chalmers (9).

95 – Dallas Mavericks (28+23+20+24): Kidd (6), Stevenson (9), Chandler (13), Marion (20), Nowitzki (24) -cinco inicial-, Stojakovic (-), Terry (16), Haywood (2), Barea (5) y Cardinal (-).

Árbitros: Joe Crawford, Ed Malloy y Ken Mauer. Señalaron faltas técnicas a Mike Miller, de los Heat y a Rick Carlisle (entrenador), de los Mavericks. No hubo eliminados por faltas personales.

Incidencias: Segundo partido de las Finales del baloncesto profesional de la NBA que se disputó en el American Airlines Arena, de Miami, ante 23.003 espectadores.

Ahora llegan 3 partidos consecutivos en Dallas. Los papeles se han tornado completamente, ahora el factor cancha es favorable al Oeste. ¿Será capaz Miami de dar la vuelta a esta complicada situación y, lo más importante, aprovechará Dallas la gran oportunidad que se le presenta para redimirse de lo ocurrido en 2006 ante su público? Lo veremos en el tercer partido de la serie, que se disputará este domingo por la noche (02:00 de la madrugada en España).

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