El décimo reino


París (2), Madrid, Bruselas (2), Stuttgart, Glasgow (2), Amsterdam y desde el pasado sábado Lisboa conforman los dominios europeos de un Real Madrid que al fin consiguió el ansiado décimo reino. La conquista fue ardua y tardó doce largos años en gestarse, con una inversión monetaria descomunal. Muchos pasaron por el club de Concha Espina para lograr el cetro continental sin éxito, pero todo acabó un 24 de mayo de 2014. Nada de calma y sosiego, sino de sudor de gota gorda.

real madrid champions 2014

El porqué de este sufrimiento se explica inmediatamente. Enfrente estuvo un equipo que durante esta temporada ha convertido la resistencia en su territorio natural, que ha sido capaz de soportar todo y a todos en busca de un único objetivo: la gloria. El Atlético de Madrid tuvo su primera Liga de Campeones en la mano hasta el minuto 60 de partido. Hasta entonces todo había transcurrido de forma muy favorable a los intereses de Diego Pablo Simeone y los suyos. Partido anodino, de pocas ocasiones y fútbol, en el que un cabezazo de otro de los Diegos eternos de este Atleti, Godín, a la salida de un córner bien pudo ser decisivo. Así lo parecía hasta que el reloj marcó los quince-veinte minutos en la segunda parte. Fue entonces cuando la suerte empezó a cambiar para un Madrid hasta entonces timorato y gris, digno de los últimos partidos ligueros. Los de blanco empezaron a rondar la portería del joven Courtois cada vez con mayor frecuencia y oportunismo; el gol debía llegar, pero no lo hacía. El tiempo jugaba en contra de un favorito por galones que se veía superado por el despliegue físico de doce hombres sin piedad (la afición colchonera también subió y bajó la banda una y otra vez) y con una voluntad inagotable.

Nadie conseguía traspasar las redes de la portería rojiblanca hasta que llegó el gol de la infamia, de la porca miseria, de la crueldad infinita. Más si cabe por dos razones: la inoportunidad del momento (minuto 93 del encuentro, restando dos para el final del quizá desmesurado tiempo extra) y el método de gestación del tanto, de nuevo un saque de esquina. Dolorido por el fondo y por las formas, el espíritu combativo del Atlético murió tras el testarazo lleno de rabia y codicia de Sergio Ramos. Pasaban seis minutos de las diez y media de la noche. La hora era más propicia para la cena que se convertiría en banquete y a su vez en festín. El hambre había llegado a la tropa madridista para quedarse, aunque algunos tuvieran menos apetito que de costumbre. La justicia, ésa que dicta que a cada uno se le debe conceder lo suyo, no fue benévola esa noche. La final debió concluir su historia con el gol de Gareth Bale, que significaba un 2-1 del Real en la prórroga. La victoria mereció ser pírrica ante el esfuerzo descomunal de los Gabi, Koke y compañía. Acabaron pesando las piernas, pero nunca la convicción.

Simeone fue el primer representante de la religión atlética en Lisboa, su abogado defensor más vivaz fuera y dentro del terreno de juego. El seguidor atlético posee un fervor tan embriagador, sufrido y confiado que suscita admiración a borbotones. Ese caminar junto al equipo hasta los confines de la Tierra hace mayor la gesta continua e indudable en la que se ha convertido esta temporada rojiblanca. Un cambio de aires necesario para nuestro fútbol que el título continental que durante 93 minutos perteneció al Atlético pudo engrandecer aún más. Costa y Turan habrían ayudado lo suyo de haber concurrido sanos a la cita.

atlético de madrid champions 2014

Los dos goles con los que se finiquitó el marcador (4-1 final) tan sólo añadieron un halo de triunfalismo al regreso del Real Madrid a la cima europea. Ramos, como ya hiciera en Múnich, marcó el camino a seguir a sus compañeros y salvó a Iker Casillas de una condena atroz. Su fallo en el gol atlético bien podría haber abierto la caja de Pandora en caso de derrota, pero acabó quedando en el olvido. No serán tan díficiles de recordar los excesivamente egocéntricos gestos de Cristiano Ronaldo (desaparecido le pese a quien le pese) y Raphael Varane en los compases finales de la tonada. A pesar de esos deslices de orgullo, la deportividad acabó primando y se reconoció el temple del adversario. Ancelotti trajo de vuelta las buenas formas, también un segundo plano que ha sido de vital importancia para que su plantilla alcanzase las cotas que se le presuponen. Ojalá su directiva le escuche y mantenga en nómina a hombres como Di María o Modric, más importantes de lo que parecen en el esquema blanco.

No hay mejor final que la que se gana apelando a la épica y ésta lo fue. Por la intensidad, por la emoción y por la dignidad mostrada por unos y por otros. Cibeles, Neptuno, Madrid y España deben estar muy orgullosos de lo acontecido el sábado en la vecina Lisboa. El prestigio de nuestro fútbol no pudo quedar más revalorizado y el futuro de estos dos magníficos exponentes se presume apasionante. El Real, como siempre no conforme en su mar de grandeza, intentará luchar por la undécima Orejona lo antes posible. El Atlético, orgulloso de lo conseguido pero a la vez sufridor en silencio por la derrota de tintes muniqueos y schwarzenbeckianos, tratará por todos los medios de que esta epopeya no sea un hecho aislado. Mi consejo para ambos es simple: carpe diem, porque todo será más difícil en los tiempos venideros.

Revive la final íntegra

FOTOS: Marca y As

El Sanedrín de Muchodeportivo: final de Champions League


Al fin llega la ansiada final de Champions League en la que el fútbol español estará representado por partida doble: Real Madrid y Atlético de Madrid. Por eso, es tiempo de previa y opinión de la mano de un servidor y de nuestras firmas invitadas en nuestro Sanedrín. El nuevo campeón de Europa será madrileño y hablará castellano.

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El autor

El gran protagonista de la segunda final española en la historia de la Champions League es sin duda Madrid. La capital española vivirá una noche de gala gracias al duelo que enfrentará a Real Madrid y Atlético de Madrid en la vecina Lisboa. Curiosamente, cuando el árbitro pite el inicio del partido se cumplirán 14 años de la anterior final de Liga de Campeones monopolizada por el fútbol español. Real Madrid y Valencia se disputaron el título continental también un 24 de mayo, pero del año 2000. Los blancos acabaron imponiéndose por 3-0.

No parece fácil que el Real iguale en esta ocasión el abultado registro goleador de sus antecesores. Enfrente tendrá a un Atlético que, como aquél Valencia de Cañizares, Mendieta y ‘Piojo’ López entre otros, llega con la moral por las nubes al encuentro por el título europeo. Su fascinante periplo en las rondas previas de la competición obliga a soñar con la victoria a la afición colchonera, aún más optimista si cabe tras el merecido título liguero.

El estado físico de dos hombres clave como Diego Costa y Arda Turan es la única incertidumbre de un equipo que parte con ventaja en cuanto a sensaciones en esta final. Jugar hasta las últimas consecuencias y aprovechar toda ocasión posible (en especial contragolpes y balón parado) serán las máximas a seguir por los gladiadores del Cholo Simeone. Él es el gran artífice de la catarsis rojiblanca y el corazón de ese sentimiento, esa manera de vivir que transmite el Atleti. Las pupas ya quedan muy atrás.

Por otra parte, el Real Madrid será quien tenga la experiencia de su lado en esta batalla. A los de Concha Espina les contemplan nueve títulos de Copa de Europa en doce finales y no se veían en una oportunidad así desde 2002. Tal es la importancia que tiene para los blancos este evento que bien podría decirse que su errante caminar en Liga durante las últimas semanas se debe a Lisboa y a lo que allí suceda.

El Madrid ha cuajado su mejor temporada europea de los últimos años, de eso no hay duda. Ancelotti y los suyos parecen empeñados en acabar de una vez por todas con el mito de la décima Liga de Campeones y así se espera que lo demuestren en el campo. Si el rendimiento ofensivo del equipo es el de las grandes noches, el triunfo será más factible. Cristiano Ronaldo (también renqueante y al que acompañan Pepe y Benzema en la enfermería) será la gran esperanza blanca en lo que a todas luces debe ser una gran fiesta de nuestro fútbol.

Ojalá el partido esté a la altura de este magnífico broche a la temporada. Si hay que elegir a uno de los dos me quedo con el Real Madrid, ya que ésta es la oportunidad que lleva esperando desde hace doce años y no debería dejarla escapar. No obstante, estoy convencido de que el Atlético tendrá sus opciones de victoria y las peleará como acostumbra.

Sixto Miguel Serrano (Canal Plus)

La final de Lisboa medirá dos estilos absolutamente diferentes. El Atlético es el ejemplo perfecto de lo que significa la palabra equipo. Un granítico bloque perfectamente entrenado y dirigido por Simeone y Burgos. Esfuerzo, solidaridad, trabajo y unión que, a través del tacticismo y la estrategia, encuentran el camino hacia el éxito.

El Real es otra historia. Mezcla de estrellas que buscan su lucimiento individual y que casi nunca forman un equipo de verdad. Pero si quieren, pueden, como demostraron aplastando al Bayern Múnich. Para superar al coriáceo Atlético, los madridistas tendrán que repetir el dibujo ante los alemanes (4-4-1-1 o 4-4-2) y emplearse con el mismo espíritu de sacrificio.

Yo no creo en las estrellas y sí en los equipos, pero ganará el Real Madrid. Tiene en su plantilla al único jugador que se sentiría muy cómodo en los dos equipos, el único que se adapta perfectamente a dos estilos tan antagónicos. Tan bueno como cualquiera de sus compañeros y tan trabajador como cualquiera de sus rivales. Juega como una estrella y trabaja como un peón. Veo a Ángel Di María ganando la décima Copa de Europa para el Real Madrid.

Rafael Sahuquillo (Radio Marca)

Es la primera vez que sucede en la historia de la Champions: este sábado dos equipos de la misma ciudad se enfrentan por el cetro continental. En Lisboa veremos caer la Décima del Madrid o la Primera del Atlético. Pase lo que pase, el Estadio del Benfica albergará una fiesta del fútbol español.

La experiencia en finales del Madrid ante el descaro y la capacidad competitiva de un equipo, el Atleti, que llega con el subidón de haber ganado la Liga 18 años después. Simeone juega al despiste con Costa, aunque con una micro rotura, el de Lagarto podría perderse la final. Cristiano ha estado a punto de perdérsela por culpa de su voracidad. Aún mermado, el de «Madeira» (aunque a veces parezca de acero) quiere levantar su primera Orejona de blanco. 12 años después, al Madrid se le presenta la oportunidad de ser otra vez campeón de Europa. El problema es que enfrente tendrá a un equipo al que Aragonés está guiando desde el cielo para tocar la gloria futbolística que el Bayern le arrebató hace 40 años. La suerte está echada. Abran juego. Lisboa fala español.

Fran Guillén (JotDown, ZoomNews. Autor de «Diego Costa. El arte de la guerra«)

Noventa minutos para tocar, al fin, la Décima y resulta que al Real Madrid le cae enfrente quizá el equipo más correoso y militar de los últimos tiempos. Justo el tipo de rival que nadie querría tener en lontananza en un momento tan peliagudo. Como el Vietcong, los soldados de Simeone no dudarán en tender mil emboscadas y forzar cualquier escabechina ante el todopoderoso Madrid de los Apache y el napalm. Con potencial de fuego sobrado a pesar de las bajas, los de Ancelotti deberán rezar porque, teniendo a Xabi Alonso en la grada, su cerebro de reemplazo esté a la altura de la cita. Los atléticos, partido a partido, están a sólo uno de ser los mejores colchoneros de todos los tiempos. Si no aparece antes un Schwarzenbeck blanco, alegre y risueño como las mocitas.

FOTO: Más por Más

El Sanedrín de Muchodeportivo: semifinales de Champions League


La nueva entrega de nuestro particular Sanedrín nos traslada a la máxima competición europea de clubes en fútbol: la Champions League. Sus semifinales comienzan a disputarse a partir de este 22 de abril y muchos dicen (con bastante acierto a mi juicio) que son las más potentes de los últimos años. Cuatro equipos, cuatro estilos de juego y mentalidades diversas, tres países (Alemania, España e Inglaterra) y una final como premio. Antes de que el balón eche a rodar, es tiempo de opinión y análisis con las mejores firmas en Muchodeportivo. Ojalá al final de los partidos de vuelta foráneos podamos celebrar una final española en la mejor competición de clubes del mundo. Un acontecimiento que no se produce desde hace catorce lejanos años.

Semis Champions

El autor

Ya llega una penúltima ronda de la siempre apasionante Liga de Campeones que se presenta con un nivel de muchos quilates. Concurren el mejor equipo de la historia de la competición (Real Madrid), el vigente campeón y siempre temible rival (Bayern de Múnich), el que tantas veces sufrió en el torneo continental aquello de la cal y la arena (Chelsea) y una Cenicienta con muy pocas ganas de que el reloj marque las doce (Atlético de Madrid).

La suerte sonrió más a los colchoneros que a sus paisanos de Concha Espina, esquivando a un Bayern que evitó la orejona rojiblanca en el 74 para encontrarse con un Chelsea venido a menos, pero todavía elitista. La campanada del Atleti no es descartable; para ello habrá que superar a un conjunto rocoso en defensa y con un buen ramillete de opciones en ataque. La contienda está asegurada tanto en el campo como en el área táctica, donde José Mourinho y Diego Pablo Simeone dirimirán una partida de ajedrez en la que las buenas decisiones y los errores se pagarán con celeridad.

Suerte que el Cholo tendrá a su disposición a dos futbolistas de los que casi siempre se puede esperar lo mejor, expertos en desequilibrar balanzas: Thibaut Courtois en la portería y Diego Costa en la delantera. Sin menospreciar a gladiadores como Godín, Gabi, Koke o Arda Turan, verdaderos cum laude y ejemplos de superación ante oportunidades como ésta. En Londres tampoco se quedan cortos: Hazard, Eto’o, Cech, Azpilicueta, el sempiterno Lampard… Eliminatoria de las que merece la pena seguir y con muchas incertidumbres por resolver.

Las mismas dudas en cuanto al resultado final genera el duelo que mantendrán Real Madrid y Bayern de Múnich. Ambos conjuntos llegan a este compromiso europeo con un título bajo el zurrón (la Copa del Rey para los blancos; la Bundesliga para los bávaros) y los ánimos en plena ebullición. Josep Guardiola visitará el Bernabéu tal y como lo hizo en épocas pasadas: con el elogio para los suyos en boca de todos y la suculenta posibilidad de hacerse con el que sería el segundo triplete de su carrera en los banquillos. El fútbol sonríe más a los alemanes que a unos madrileños amantes del vigor y la centella frente a la pausa y el sosiego germanos, pero todo puede suceder.

Sobre todo si un tal Cristiano Ronaldo se presenta a un encuentro de ida que tiene visos de ser fundamental para las aspiraciones de final lisboeta de Carlo Ancelotti y su plantilla. Alemania es un destino poco adecuado para las urgencias; prolijo, eso sí, en victorias pírricas. Bien lo saben los portadores de la zamarra blanca por experiencia reciente. ¿Habrán aprendido la lección? ¿Conseguirá el Madrid por fin réditos aceptables ante un desafío de enjundia (Copa aparte)? Los Robben, Neuer, Müller y compañía serán perfectos conejillos de Indias para comprobarlo.

Rubén Uría (Eurosport, Cope, Estudio Estadio)

Bayern-R.Madrid. El ogro bávaro, favorito. Prueba de fuego para Ancelotti y su futuro, también para el proyecto de Florentino. Cuatro semifinales siendo eliminado sería inasumible para un equipo de ese potencial económico. Test vital para Guardiola: en su primera temporada, debe demostrar que es capaz de meter al equipo en la final y aspirar a repetir éxito en Champions. Eso no sucede desde que lo hiciera el Milan de Berlusconi. Duelo por las alas: Cristiano & Bale vs. Ribery & Robben.

Atlético-Chelsea. Moneda al aire. Duelo de inteligencias: Mourinho, que colecciona títulos y conflictos, con Simeone, el milagro que heredó un equipo a cuatro puntos del descenso y lo tiene a tres de ganar la Champions. Atlético y Chelsea son almas gemelas en lo táctico: repliegue, presión y contragolpe. Morbo en porterías: Courtois frente a Cech, presente y futuro contra pasado y presente. Morbo en la delantera: Costa (deseado por los hinchas del Chelsea) ante Torres (idolatrado por los hinchas del Atlético). Eliminatoria muy equilibrada.

Sixto Miguel Serrano (Canal Plus)

El Atlético de Madrid-Chelsea será muy equilibrado, con pocos  goles y mucho tacticismo. Son dos equipos parecidos: orden táctico, estrategia, firmeza defensiva, solidaridad, esfuerzo,  intensidad, carácter competitivo. El Atlético está un punto por encima del Chelsea. Y tiene ventaja en los banquillos: Simeone (y Burgos, fundamental) es mejor entrenador que Mourinho. El mensaje del argentino cala en sus jugadores; el del portugués (ya le pasó en su última temporada en el Real Madrid) no llega tan nítido como antes. Yo dije en septiembre, en la retransmisión del Atlético-Zenit en Canal+ Liga de Campeones, que el Atlético es el mejor EQUIPO (con mayúsculas, bloque granítico bien trabajado) de Europa. Le veo en la final, aunque pase por penaltis. Eso sí, cuidado con Fernando Torres, que podría romper el sueño de su equipo del corazón. Estas cosas pasan.

En el Real Madrid-Bayern Munich mi favorito es el equipo blanco, siempre y cuando Carlo Ancelotti dibuje un 4-4-1-1, con atención especial a cerrar las bandas. El Bayern mueve el balón muy lentamente por dentro y eso facilita el repliegue defensivo del rival. Los alemanes siguen viviendo de la velocidad, verticalidad y explosividad de sus extremos, Arjen Robben y Franck Ribery. Los laterales del Real Madrid deben recibir ayudas permanentes de sus extremos (Di María y Bale, en mi once, con Isco de media punta y Cristiano Ronaldo arriba; Benzema,  en el banquillo, por supuesto). Con ese dibujo y con la implicación máxima de TODOS sus jugadores en el trabajo defensivo, el Real Madrid estará en la final.

Pablo García Cuervo (Box to Box Sport)

Atraviesa el Atlético de Madrid por una de esas etapas mágicas y brillantes que con el tiempo recogerán los libros de historia. Haga lo que haga, Simeone ya ha ganado, aunque su espíritu insaciable e inconformista no se va a quedar en una bonita aspiración. El equipo quiere más y va a por más. Se sabe fuerte, se siente en su justo momento, en su hora y en su tiempo. Rechaza el miedo a perder y asume con valentía los retos más extravagantes. La eliminatoria contra el Chelsea es de pronóstico abierto. No existe un favorito claro y dudo que el factor campo pueda tener, a priori, una incidencia decisiva.

Mientras, el Real Madrid afronta reforzado una semifinal en la que no es favorito. Aquí, la vuelta en Múnich sí puede resultar determinante. De todas las combinaciones posibles en el bombo semifinalista, a Ancelotti le cayó la peor. Por cuarto año seguido, el Real Madrid llega a las puestas del partido definitivo. Con la salida de Mourinho, el club justificó sus incursiones en Champions como un éxito. Dejó al Real Madrid donde debía. Así pues, una eventual eliminación a manos de Guardiola, tampoco debería tener en esta oportunidad tintes apocalípticos.

El Sanedrín de Muchodeportivo: final de la Copa del Rey


Hoy inauguro en el blog una sección que me hace especial ilusión y que creo que puede funcionar bastante bien. Se trata de El Sanedrín, una serie de posts que tendrán el objetivo de analizar grandes eventos deportivos de varias disciplinas antes de que éstos se lleven a cabo (espero que en ocasiones también después). Para realizar esta sección no estaré solo, ya que en el intento de lograr un ejercicio de análisis y opinión pleno me acompañarán las firmas de algunos periodistas deportivos de referencia en el campo sobre el que verse cada post.

Nuestro primer Sanedrín nos lleva al fútbol, concretamente a la final de la Copa del Rey que disputan Real Madrid y FC Barcelona esta noche (21:30, La 1). Sin más dilación, vamos con mi opinión y la de los profesionales.

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El autor

Nos encontramos ante una final copera totalmente abierta y marcada sobre todo por dos aspectos: las urgencias y las bajas. Urgencias para el Barça por su errante caminar tanto en Liga como en Champions durante las últimas semanas; también para un Madrid que necesita recuperar la convincencia futbolística perdida prácticamente después de su enfrentamiento liguero con el eterno rival. La Copa parece ser el único cartucho que les queda a los azulgrana para irse de vacaciones con muchas penas y al menos una gloria ante lo que parece un fin de ciclo en toda regla. Una victoria del Madrid revestiría de moral a los hombres de Carlo Ancelotti ante los desafíos pendientes.

Las bajas son el otro gran quebradero de cabeza para ambos equipos. Un Tata Martino que tan rápido suscita amor como odio presentará en Mestalla una defensa de circunstancias provocada por la baja de Piqué y tambaleante por las molestias que arrastran hombres como Bartra o el capitán Puyol. Sin embargo, la ausencia más destacada se dará en el bando contrario, ya que el Real Madrid no podrá contar, entre otros, con su principal referencia ofensiva: Cristiano Ronaldo. Quizá habrá demasiada responsabilidad sobre los hombros de un Gareth Bale que en estos momentos vive aquejado de un síndrome «sí, pero no» muy peligroso en los dominios del Bernabéu.

Así pues, los pronósticos para el partido de esta noche son harto complicados. Las fuerzas llegan bastante igualadas y posiblemente sea lo mejor para disfrutar de un gran espectáculo futbolístico. Hay muchas preguntas en el aire: ¿Saldrá Messi de su letargo? ¿El arbitraje será protagonista? ¿Logrará Ancelotti su primer título como entrenador del Real Madrid? ¿La defensa del Barça aguantará el tipo? ¿Se convertirá Casillas en el primer portero de la historia en concluir imbatido la Copa del Rey? ¿Quién llevará las manijas del ataque azulgrana? ¿Podrá competir el Madrid sin Cristiano?

Las respuestas las tendremos esta noche a orillas del Turia.

Fran Guillén (JotDown)

Cómo predecir el oleaje de una final a la que ambos equipos, a su manera, llegan con marejada. Paradójicamente, esta Copa del Rey que se rifan los dos gigantes, más que para engordar egos, va a servir para curar heridas. Las de un Barcelona que llega en plena crisis existencial y las de un Real Madrid que lleva su penitencia esta temporada en los partidos de enjundia. Ambos dudan de casi todo. Y sólo el que gane encontrará alguna respuesta.

Borja Pardo (Sphera Sports)

Barça y Real Madrid de nuevo frente a frente, papá y mamá, o viceversa, los dos monstruos del fútbol nacional se citan sobre el césped de Mestalla buscando la Copa del Rey. Quien la consiga levantar ya se ocupará de sacarle el debido brillo y quien la pierda minimizará el impacto, lo de siempre. El caso es que culés y merengues afrontan el envite de modo muy diferente. Los blancos llegan con el subidón de estar en semifinales de Champions y haber adelantado al Barça en Liga, los culés por su parte, acuden a Mestalla en plena fase de autodestrucción. Las dudas para los de Ancelotti se centran en el efecto que puede tener para el equipo tener a su astro rey lesionado. A Martino le crecen los enanos, no sólo dilapida dos competiciones en tres días, sino que Piqué y Bartra son serias dudas. El Real Madrid llega con mayor confianza, cierto, pero el Barça sabe que si algo puede servir para revertir el imparable camino a la perdición, ese algo es meterle mano al Real Madrid como ya lo hiciera hace unas semanas en el Bernabéu. Mestalla elevará a unos y hundirá a otros.

Jaime Collazos (@viajefutbolero)

Puede que estemos ante la final de Copa más incierta de los últimos tiempos. El actual Barcelona es una sombra del que perdió hace tres temporadas, también en Mestalla, ante los blancos. Se trata de un equipo en descomposición al que sólo le queda talento, lo que convierte cualquier pronóstico en un ejercicio de máximo riesgo. Sin embargo, el equipo de Ancelotti, a pesar de su gran trayectoria y de su aparente regularidad, transmite sensaciones contradictorias: tan pronto parece un equipo sólido como deshecho. Así que, a pesar de la crisis azulgrana y de la disposición blanca a conquistarlo todo, me inclino a pensar que el partido puede tomar cualquier rumbo imaginable. 

Vicente Azpitarte (esRadio, Libertad Digital)

La presión está del lado del Real Madrid por tres motivos.

En primer lugar por las ausencias. Es verdad que en el Fútbol Club Barcelona tienen bajas importantes como la de su portero Víctor Valdés, pero es que en el Real Madrid va a faltar la gran estrella, el astro luso, Cristiano Ronaldo, no podrá jugar en el Real Madrid. Y a esta baja se unirán las de Marcelo, Khedira y Arbeloa. Bajas muy importantes en el Real Madrid.

En segundo lugar por Carlo Ancelotti, que aún no ha sabido vencer en grandes partidos esta temporada. No ha demostrado este Real Madrid lo que es capaz de hacer en los encuentros importantes a lo largo de la temporada 2013-2014. Y llega el primero, el más importante de todos, la primera gran final, en Mestalla. Así que, desde luego, es el día D a la hora H para Carlo Ancelotti, que tendrá que pasar por encima del planteamiento de Gerardo Martino.

Y en tercer lugar, porque el Barça llega sin ninguna presión tras una semana negra, tras caer eliminados en el Calderón en la Champions frente al Atlético de Madrid, tras perder la Liga, tras dilapidar la competición doméstica en la Ciudad de la Alhambra, en Granada. El Barça llega a esta final tratando de salvar los muebles pero sabiendo que ocurra lo que ocurra esta temporada, desde luego se van a producir muchos cambios en el próximo verano. Todo eso si la sanción se lo permite al conjunto de Josep María Bartomeu.

Ramón Fuentes (Mediaset España)

Una final incierta. A priori es favorito el Madrid por estado de ánimo, pero veremos hasta qué punto condiciona la ausencia de Cristiano. El Barça es un mar de dudas (su fútbol, Messi, etc), pero es una final y todo puede suceder. Apostar por alguien sería osado, ya que la final está muy abierta.

 

El Grand Slam del Clásico (II):la Copa del Rey


Valencia, estadio de Mestalla, año 1993. El Real Madrid, dirigido entonces por Benito Floro, se hacía con la Copa del Rey al derrotar en la final al Real Zaragoza por 2-0, con goles de Butragueño y de Mikel Lasa. Ésta había sido la última vez que el equipo merengue había logrado imponerse en el torneo del KO…hasta ayer.

20 de abril de 2011, idéntico escenario. El Real Madrid se impone al FC Barcelona en la final de Copa por 1-0 tras un partido trepidante y vertiginoso, lleno de tensión y de emoción hasta el final. Hizo falta una prórroga para conocer al campéon copero de esta temporada, en el segundo episodio del Grand Slam del Clásico. 18 años después, el torneo real volvía a teñirse de blanco. Pero antes de que Iker Casillas levantara pletórico tan pesado obsequio al cielo de Valencia, ocurrieron muchas cosas.

El segundo partido del maratón de clásicos primaveral se presentaba ya con grandes alicientes. El partido de liga del sábado pasado carecía de trascendencia, la Liga ya estaba prácticamente decidida a favor del FC Barcelona y ambos equipos se reservaron en demasía, con el empate a 1 como resultado y con la confirmación de que el campeonato  irá a parar, salvo sorprendente milagro, a la Ciudad Condal. La Copa del Rey era otra historia bien distinta. Primer título en juego de la temporada, con un Barça ardiente en deseos de volver a conquistar un nuevo título por enésima vez en tres temporadas y con un Madrid esperanzado e ilusionado con la posibilidad de dar una alegría al madridismo tras casi 4 temporadas de sequía titulística.

La historia comenzó a escribirse con las tornas cambiadas, ya que el partido tuvo como dominador en la primera parte al equipo dirigido por José Mourinho, un genio de la táctica que ayer volvió a reinvidicar su gran astucia para tramar todo tipo de argucias futbolísticas que acaban por dejar sin respuesta al rival. Y eso le ocurrió al Barcelona, que se encontró con un Madrid bravo y valiente en ataque y serio y rocoso en defensa, con un pressing realmente digno de mención. El Barça nunca dejó de tocar y tocar la pelota, esa gran aliada suya que parece que comienza a convertirse en gran enemiga de los blaugrana, ya que no les ayudó a generar ni un mísero tiro a puerta en los primeros 45 minutos. En cambio, el Madrid gozó de varias ocasiones de peligro, entre ellas un remate de cabeza de Pepe a la salida de un córner que, caprichoso, pegó en el travesaño de la portería y no quiso entrar. El Real Madrid comenzaba a creerse que era capaz de pelearle un título por fin tras tres años a su máximo contendiente y el Barcelona vislumbraba que, si las cosas no cambiaban, la final sería blanca sin remedio alguno.

Y las cosas cambiaron, para alivio de Guardiola y sus pupilos. Todo hacía indicar, en los primeros compases de la segunda parte, que el Real Madrid no podría aguantar el frenético ritmo de juego exhibido antes del paso por vestuarios mucho tiempo, ya que el FC Barcelona comenzaba a carburar, dejando la monotonía a un lado y subiendo al ataque mucho más. A pesar de todo, el Madrid resistía cual muralla infranqueable incluso cuando peor color tenía el asunto, gracias a su constante buena defensa (encomiable anoche) y a un cancerbero genial llamado Iker Casillas, el cual atajó los más mordientes disparos a portería blaugranas con una seguridad pasmosa. Su homólogo barcelonista, que ayer fue Pinto, no andaba muy lejos del estado de gracia del de Móstoles, ya que también salvó a su equipo de recibir el primer gol del encuentro en varias ocasiones. Los hombres de azul y grana llegaron a cantar gol de su compañero Pedro en el minuto 69, tanto que fue anulado por fuera de juego. No dio mucho más de sí de lo aquí relatado la segunda parte, y se llegó al final del tiempo reglamentario igual que al comienzo, 0-0 y partido condenado a la prórroga. La igualdad de condiciones era patente, el Madrid dominó en el primer tiempo y el FC Barcelona en el segundo. ¿Quién dominaría en los 30 minutos siguientes?


Ya al inicio del tiempo de desempate, quedó claro que el partido volvía por sus derroteros iniciales, con el «Mou Team» buscando el ataque y el gol insistentemente ante un «Pep Team» que quería dormir el partido con la redundancia de lo monótono, el pase y el toque una y otra vez, dominando y siendo dominado a la vez, cayendo en el mismo error que en anteriores ocasiones: mostrando un fútbol superior al del contrario y no aprovechándolo. No fue de extrañar entonces que llegara la debacle: Marcelo enganchó una pared con Di María, soberbio en defensa, que redondeó su buen partido asistiendo con un centro a Cristiano Ronaldo, que cabeceó el balón a las redes de la portería blaugrana, demostrando a sus detractores que también sabe rendir al máximo en las grandes ocasiones (0-1, minuto 102). Jugada de tiralíneas de los blancos y partido sentenciado. Incluso el propio Ronaldo tuvo otra oportunidad para agrandar la diferencia en el marcador en la segunda parte de la prórroga, pero no logró convertirla en un nuevo gol. Entretanto, el Barça, tras el gol del Madrid, se fue diluyendo cual azucarillo y no logró ninguna ocasión de peligro en el tiempo restante.

Así se llegó al final del partido. El Real Madrid había conseguido lo que parecía imposible allá por noviembre de 2010, vencer a su máximo rival histórico con convincencia y en toda una final. El Barcelona pudo jugar mejor al fútbol, eso no es discutible, pero la meta del deporte rey es la consecución del gol y ayer el esquema de juego barcelonista no logró ese objetivo. Mourinho, por otro lado, volvió a vencer en un partido grande, y sigue invicto en las finales (12 triunfos de 12 posibles). Guardiola perdió por primera vez una final ayer, pero puede que, si se descuida, haya perdido algo más: la credibilidad del estilo de juego del FC Barcelona. A este Grand Slam todavía le restan dos partidos, que corresponden al plato fuerte: las semifinales de la Champions League. Allí saldremos de todo tipo de dudas.

BARCELONA 0
REAL MADRID 1

Barcelona: Pinto, Alves, Piqué, Mascherano, Adriano (Maxwell, m.119), Xavi, Busquets (Keita, m.108), Iniesta, Pedro, Messi y Villa (Afellay, m.105).

LA BUENA NOTICIA: ninguna. Como dirían los Beatles, «qué noche la de aquel día». Y, para colmo de males, Adriano estará de baja un mes por una rotura fibrilar. Éste no será un día recordado por el barcelonismo ni mucho menos.

NECESITA MEJORAR: me reafirmo en lo que dije en la anterior edición del Grand Slam del Clásico. El Barcelona juega brillantemente al fútbol, pero marear la perdiz sin sentido alguno no es la solución. Parece que sus futbolistas tienen tal complejo de superioridad en el terreno de juego que no tienen ganas ni ánimo de ganar los partidos. Esperemos que lo sucedido la pasada noche sirva como cura de humildad y como toque de atención.

Real Madrid: Casillas, Arbeloa, Sergio Ramos, Carvalho (Garay, m.119), Marcelo, Pepe, Xavi Alonso, Khedira (Granero, m.104), Ozil (Adebayor, m.70), Cristiano Ronaldo y Di María.
LA BUENA NOTICIA: el equipo de Concha Espina vuelve a llevarse a la boca un título después de casi tres temporadas sin lograrlo. La buena defensa y las acertadas y certeras contras fueron la clave del triunfo madridista. El efecto Mourinho empieza a dar sus frutos.
NECESITA MEJORAR: su fútbol de ataque. Algo más de vistosidad no estaría de más en el equipo de Mourinho, que ya defiende brillantemente. La brillantez en lo ofensivo es una asignatura pendiente. Ayer se hicieron progresos. Se va por el buen camino.

Gol: 0-1, m.103: Cristiano Ronaldo cabecea un centro de Di María.

Árbitro: Alberto Undiano Mallenco (Comité Navarro). Amonestó por el Barcelona a Pedro (m.34), Messi (m.64) y Adriano (m.118) y por el Real Madrid a Pepe (m.26), Xavi Alonso (m.60) y Adebayor (m.74). Expulsó por acumulación de amonestaciones al madridista Di María (m.86 y 120).

Incidencias: final de la Copa del Rey, disputada en el campo de Mestalla, en Valencia, ante 50.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
LA ANÉCDOTA DEL CAMPEÓN: el madridismo ha recibido la Copa del Rey como agua de mayo, pero ésta sufrió un pequeño contratiempo en la celebración que tuvo lugar en Madrid a altas horas de la madrugada pasada. El trofeo se cayó del autobús descapotable en el que viajaban los componentes del equipo y fue arrollado por el mismo. La real copa quedó de esta guisa:
Y esto es lo que ha dicho Sergio Ramos, que portaba la copa en el momento en el que cayó,  esta mañana en su cuenta de Twitter:

LA ANÉCDOTA DEL SUBCAMPEÓN: Shakira, compañera sentimental reconocida de Gerard Piqué, estuvo siguiendo las evoluciones del encuentro desde el palco de Mestalla. Al final del partido, fue todo un detalle por su parte consolar a su desolado novio.

El Grand Slam del Clásico (I):la Liga


Ayer dieron comienzo los 18 días de ensueño para cualquier aficionado al deporte rey, el fútbol. Ayer se inició ese playoff, esa serie fratricida, esa lucha por los mejores títulos de la temporada en la que están inmersos los dos mejores equipos del fútbol español y posiblemente también los dos clubes más grandes del balompié mundial: Real Madrid y FC Barcelona. El primer asalto acabó en tregua, en empate, ni para ti ni para mí. Esto último es relativo, ya que el Barcelona, gracias al punto sumado frente a su más directo rival ayer, ya es anímicamente y casi matemáticamente campeón de la Liga BBVA 2010/2011. Ya se decía que éste era el partido más intrascendente de los derbis que viviremos en los próximos días, y esto quedó confirmado en el terreno de juego.

El resultado del partido disputado en el Santiago Bernabéu la pasada noche tuvo cierto misticismo, y es que fue, curiosamente, por el que más abogaban los gustosos de las apuestas: empate a 1. El gremio de los jugadores de apuestas también fue certero en cuanto al nombre y apellidos de los autores del respectivo tanto de cada equipo: Messi por parte del Barça y Cristiano Ronaldo por parte del Madrid. Lo que nadie, ni apostador ni aficionado, podía pronosticar es que los goles serían a balón parado, desde el punto fatídico de penalti. Toda una sorpresa.

No fue una sorpresa, por otro lado, la actitud de ambos equipos en el terreno de juego, quizá reservando fuerzas para las batallas mayores que se avecinan. El partido comenzó con el guión habitual de las últimas tres temporadas: un Barça que monopolizaba la posesión del balón y un Madrid a la espera de un error fatídico que no llegaba y aguantando el chaparrón como buenamente podía. No hubo demasiadas ocasiones en la primera parte, demasiados tiros repelidos por las defensas de ambos conjuntos y tiros lejanos que no llegaron a ninguna parte, pero sí destacaron una cuasi vaselina de Messi bien percibida por el siempre ojo a avizor Casillas y un tiro cercano de Benzema que Valdés mandó a saque de esquina sin demasiado esfuerzo. Algo no sorpresivo fue la actuación arbitral, tan vilipendiada y protestada (con razón) últimamente en los clásicos y que ayer volvió a caminar por la misma senda ya desde los primeros 45 minutos, cuando el colegiado Muñiz Fernández no señaló un posible penalti sobre Villa por parte de Iker, que provocó las protestas desairadas de los hombres de Pep Guardiola. Así se llegó al descanso con las fuerzas igualadas, sin goles y con mucho partido por recorrer. La victoria estaba cara.

La segunda parte se asemejaba mucho a la primera cuando la justicia, que quizás no había sido clemente con el Barcelona anteriormente, hizo acto de presencia. Esta vez Muñiz acertó dictaminando el penalti consiguiente tras un claro agarrón de Raúl Albiol sobre Villa (de nuevo) en el área chica, que trajo como consecuencia la expulsión de su ex compañero en el Valencia del terreno de juego. El Madrid volvía a jugar con uno menos ante su máximo rival. Messi no falló desde los 11 metros (minuto 53)  y el Barcelona se adelantó en el marcador. A partir de ese momento, los blaugrana empezaron a carburar y buscaron con insistencia un nuevo gol, que se les resistía una y otra vez. Como en tantos otros encuentros, el  FC Barcelona tenía el partido en sus manos, pero no encontraba la manera de dejarlo visto para sentencia. Por consiguiente, lo pagó caro. La polémica volvía a estar servida al volver a señalar Muñiz Fernández un penalti dudoso, esta vez favorable al Real Madrid tras caer Marcelo en el área contraria tras una entrada de su compatriota Dani Alves, que no fue sancionada con la expulsión correspondiente. No podía dejar pasar Cristiano Ronaldo la oportunidad de marcar un gol a su más irreductible rival, y no lo hizo (minuto 82). Tendrían Madrid y Barcelona la oportunidad de llevarse el partido en varias ocasiones, pero la mala fortuna y los respetivos cancerberos no lo quisieron así.

Concluyó así el primero de los cuatro Clásicos de este mes de abril, un partido igualado hasta el final en el que el Real Madrid mejoró el listón de sus últimos partidos ante el eterno rival y en el que el FC Barcelona quiso, pero no pudo, ante el buen entramado defensivo y los ánimos de los blancos, que nunca perdieron la cara al partido, un aspecto importante a tener en cuenta. No vimos lo mejor que pueden ofrecernos ambos equipos, pero el primero de los Grand Slam, por su igualdad y por su emoción, hace vislumbrar un panorama prometedor para los siguientes.

El primer título en juego, la Liga, ya tiene ganador: el FC Barcelona.

REAL MADRID 1
BARCELONA 1

Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Raúl Albiol, Carvalho, Marcelo; Pepe, Khedira, Xabi Alonso (Adebayor, m.66); Di María (Arbeloa, m.66), Cristiano Ronaldo y Benzema (Özil, m.57).

LA BUENA NOTICIA: el Madrid pudo aguantar las embestidas del FC Barcelona por primera vez en mucho tiempo. Si esta actitud, sobre todo defensiva, se mantiene en los partidos que restan de este particular Grand Slam (final de la Copa del Rey y semifinales de la Champions League) el equipo de José Mourinho tendrá sus opciones de victoria.

NECESITA MEJORAR: el Real Madrid va a expulsado por Clásico. Tan habitual es ya esta situación que Mourinho ensayó durante la semana con un hombre menos en su alineación. El primero en salir perjudicado ha sido Raúl Albiol, que se perderá la final de Copa. ¿Lograrán los blancos curarse de la «expulsionitis» que sufren cuando se enfrentan al Barcelona?

Barcelona: Valdés; Alves, Puyol (Keita, m.57), Piqué, Adriano (Maxwell, m.80); Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro (Afellay, m.66); Messi y Villa.

LA BUENA NOTICIA: aun con un Madrid más entonado que en otras ocasiones y sin jugar su mejor fútbol, los hombres de Guardiola no pierden su principal seña de identidad, el monopolio en la posesión del balón y la serenidad en ataque y en defensa.

LA MALA NOTICIA: tan pronto como regresó, se tuvo que marchar. Puyol, recién salido de una lesión, tuvo que retirarse del campo en la segunda parte. Guardiola arriesgó demasiado volviendo a darle la batuta de la defensa blaugrana tan precipitadamente, y Tiburón jugó hasta que su cuerpo dijo «basta».

NECESITA MEJORAR:  aprovechar la posibilidad de matar los partidos cuando ésta se presenta. El Barça podría haber ganado, pero no pudo, no supo o no quiso hacerlo, algo que ya le ha ocurrido en varios partidos esta temporada y que parece que todavía no sabe solventar.

Goles: 0-1, m.53: Messi, de penalti. 1-1, m.82: Cristiano, de penalti.

Árbitro: Muñiz Fernández (colegio asturiano). Amonestó a Marcelo (31) y Arbeloa (76) por el Real Madrid, y a Adriano (9), Piqué (26), Álves (78), Valdés (81) y Xavi (90) por el Barcelona. Expulsó por roja directa en el minuto 52 a Raúl Albiol.

EL DATO: Leo Messi se convirtió ayer en el máximo goleador de la historia en una temporada, con 49 goles, al convertir desde el punto de penalti el gol del FC Barcelona, primero que marca a un equipo dirigido por José Mourinho. Por otro lado, Cristiano Ronaldo logró su primer gol contra los blaugrana.

Incidencias: encuentro correspondiente a la 32a jornada de Liga disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 79.500 espectadores.

El Madrid de Mourinho promete (o eso parece)


José Mourinho fichó por el Real Madrid debido a un altruista motivo: volver a aupar al conjunto merengue a la élite del fútbol mundial. Eso sólo se consigue a base de una cosa:GANAR. Es el tópico predominante en lo que llevamos visto de la pretemporada del club blanco, que no conoce la derrota este verano cuando aún le quedan por disputar 3 partidos preparatorios.

Si hay algo que ha destacado en la primera mitad de la pretemporada blanca es la frescura y el descaro que dos de los nuevos fichajes de la entidad presidida por Florentino Pérez, Sergio Canales y Pedro León, han apuntado en sus primeros partidos con la camiseta del club. Parece que ambos llevaran años en el Real Madrid, es impresionante lo rápido que se están integrando. Otra cosa que se puede destacar es que, como bien advertían los que saben de esto, José Mourinho juega a algo distinto con cada uno de los equipos que le toca dirigir, es decir, que se adapta a la liga, al país y al fútbol que le toque sin problemas. Parece que el Real Madrid seguirá aprovechando sus muchos recursos arriba, pero no descuidará, ni mucho menos, la parcela defensiva. Se ha trabajado y se trabaja mucho con balón en los entrenamientos, algo que ya quedó patente durante el transcurso de los dos partidos de la gira estadounidense. Si se quiere jugar bonito habrá que hacerlo teniendo la pelota, digo yo.

Cada uno de los 3 partidos disputados hasta la fecha por el Madrid en la temporada estival nos ha dejado varias notas de lo que será la era Mourinho:

1. Real Madrid 3-América 2. Partido que resolvió Juan Palomo (yo me lo guiso, yo me lo como), Cristiano Ronaldo, el que siempre está ahí en los momentos decisivos. Buena primera parte (con juego preciosista) y pesadez de piernas y culo en la segunda. Buen debut de Canales (con gol incluido) y de Pedro León.

2. Real Madrid 3-Los Ángeles Galaxy 2. El Madrid de las remontadas (o el espíritu de Juanito, quien sabe) hizo su aparición ganando el partido en la segunda parte. Volvió a brillar Canales, volvió a brillar Pedro León y Gonzalo Higuaín demostró su buen momento de forma convirtiéndose en el Pichichi del club en la pretemporada. A la defensa seguían pesándole las piernas. Mejor no hablar de la primera parte.

3. Real Madrid 0-Bayern de Múnich 0 (victoria blanca en los penaltis). Si hay que destacar algo del partido de homenaje a Beckenbauer ese algo se llama Iker Casillas. El de Móstoles no pierde el duende ni recién llegado del «infierno» mexicano. Para un penalti, para goles cantados, da a su equipo la victoria en la ronda fatídica de desempate. Primer partido en el que podemos hablar más que bien de la defensa madridista. La mala noticia: falta de balón. La buena (aparte de Casillas), solvente debut de Khedira y de Carvalho, nuevos soldados en el ejército de «The Special One».

Y hasta aquí puedo leer. Tendremos más o menos certeza de si el Madrid y Mourinho tendrán un buen idilio juntos dentro de unos días. Lo contaremos.

El partido de la jornada en Sudáfrica:España-Portugal


Dije que preveía un partido igualado…. y así fue hasta que a España le dio la gana. Otra vez David Villa, otra vez la España de la Eurocopa, otra vez ese juego que ha maravillado a medio mundo. Fantástico partido de La Roja ante una Portugal que me ha decepcionado y mucho, incluso Cristiano Ronaldo, el mejor de Portugal, no ha estado fino hoy. Victoria convincente de España, que se medirá en cuartos de final a la Paraguay de Roque Santa Cruz, Villar, Barrios y compañía.

La primera parte del partido no fue, ni mucho menos, de superioridad patente para ninguno de los dos equipos. España tuvo ocasiones clarísimas al inicio del partido, pero se fue diluyendo ante una Portugal que parecía dispuesta a marcar en cualquier contragolpe y que también tuvo sus oportunidades. Esa fue la sensación general al descanso: España dominaba la pelota, pero le faltaban más ocasiones y el premio del gol, ante una Portugal que tampoco estaba haciendo demasiadas cosas. Eso sí, nos costó un mundo atacar su potente defensa tras el buen juego in

Fue en la segunda parte cuando se vio a la mejor España de lo que llevamos de Mundial. Ocasiones, un gol, posesión abrumadora, buen fútbol, para entendernos. El tanto fue obra de David Villa (vaya campeonato el del asturiano) en una jugada por la banda. El Guaje dispara en el área al lado de Eduardo, el meta luso, que detiene el suave remate dejando suelta la pelota. Otro remate del 7 de España y primer gol del partido (min. 62, 1-0). Dio igual que sólo marcáramos uno, pareció que fuéramos ganando por 2 o 3 goles de ventaja. Incluso los cambios nos vinieron bien, con unos minutos fantásticos de Fernando Llorente en la delantera, supliendo a un Torres que sigue sin reencontrarse con el gol y con él mismo. Portugal acabó el partido tan perdida que incluso se quedó con 10 en los minutos finales con la expulsión de Costa. Hoy Xavi volvió a ser el que era, y España también. Posesión, toque, muchas ocasiones, superioridad…. Son algunas de las cualidades que vimos a España en su partido de octavos de final. Espera Paraguay en cuartos de final. Según lo visto hoy podemos seguir soñando con algo muy grande. ¡PODEMOS!

ESPAÑA 1

PORTUGAL 0

España: Casillas; Sergio Ramos, Puyol, Piqué, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso (Marchena, m.93+), Xavi, Iniesta, Villa (Pedro, m.88); y Fernando Torres (Llorente, m.58).

Portugal: Eduardo; Ricardo Costa, Carvalho, Bruno Alves, Fabio Coentrao; Pepe (Pedro Mendes, m.72), Tiago, Raúl Meireles; Simao (Liedson, m.72), Cristiano Ronaldo y Hugo Almeida (Danny, m.58).
Goles: 1-0, m.63: Villa.

Árbitro: Héctor Baldassi (ARG). Expulsó por roja directa a Ricardo Costa en el minuto 89 por un codazo a Capdevila. Amonestó a Xabi Alonso (74) por España, y a Tiago (80) por Portugal.
Incidencias: encuentro de octavos de final del Mundial de Sudáfrica 2010, disputado en el Green Point Stadium de Ciudad del Cabo, ante la presencia de 62.955 espectadores.

Posesión
62,76% 37,24%
Remates a puerta (26)
65,38% | 17 9 | 34,62%
Remates entre los 3 palos (11)
72,73% | 8 3 | 27,27%
Corners (9)
66,67% | 6 3 | 33,33%
Intervenciones portero (16)
31,25% | 5 11 | 68,75%
Balones perdidos (164)
48,78% | 80 84 | 51,22%
Balones recuperados (129)
46,51% | 60 69 | 53,49%
Faltas cometidas (32)
40,62% | 13 19 | 59,38%