Los dioses del deporte español (VIII):Pau Gasol


Por fin llega a vuestras pantallas (de ordenador, móvil, tablet y demás dispositivos) una nueva entrega de nuestro serial sobre los mejores deportistas españoles de ahora y siempre, Los dioses del deporte español. El protagonista del artículo que viene a continuación es sin duda uno de los hombres más importantes del deporte de nuestro país en estos momentos, y el mejor jugador de baloncesto de la historia patria por méritos propios; hoy hablamos de la trayectoria de Pau Gasol.

El hombre que siempre quiso ganar

Quién les iba a decir a Agustí y a Marisa que su primer hijo, Pau, nacido el 6 de julio de 1980, llegaría tan lejos en el mundo del baloncesto. Seguro que cuando sus afortunados progenitores le tuvieron por vez primera entre sus brazos ni se imaginaban que su bebé llegaría a ser campeón del mundo y de Europa, de la NBA o de la ACB.  El más agudo de los vaticinadores no les habría convencido entonces de que su primogénito compartiría cancha y equipo con algunos de los mejores jugadores del planeta, ni de que llegaría a ser internacional representando a España en más de 100 ocasiones; también habría sido una quimera para ellos la posibilidad de que su hijo asistiera, como espectador y rival, a los últimos coletazos del más grande baloncestista de todos los tiempos. Sueños imposibles en ese momento que, con el tiempo, se hicieron realidad, dando lustre a la carrera deportiva del que sin duda es el mejor jugador que el entramado del baloncesto español ha dado a luz nunca.

Si un chaval de Primaria le dice un día, ni corto ni perezoso, a su profesor de Matemáticas que llegará a jugar con Michael Jordan, con los mejores, eso significa que tiene ambición. Y Pau fue ambicioso desde muy pequeño. En su infancia siempre hubo un lugar destacado para el balón y la canasta, sin dejar nunca de lado sus estudios. Jugaba al baloncesto por diversión y, en su periplo en el club baloncestístico de su colegio y en el Cornellá, filial del FC Barcelona, incluso llegó a plantearse dejar el deporte que tanto amaba (algo que volvería a sopesar en varias ocasiones posteriormente). Su juego presentaba muchos altibajos debido a su descomunal crecimiento y el hecho de que sus compañeros de equipo llevaran 2 años juntos antes de su llegada tampoco ayudaba demasiado. Aun así, Pau se sobrepuso a todo ello y logró destacar, llamando la atención de un Barcelona en el que también pasó malos ratos en un primer momento. Un entrenador muy duro de pelar y unos compañeros con mayor talento (entonces) que él no frenaron su deseo de triunfar en el gran club catalán, algo que consiguió tanto en categorías inferiores como en el primer equipo, con el que jugó su primer partido en 1998. Entre tanto, Gasol tuvo tiempo de vestir por primera vez la camiseta de la selección española en sus categorías de formación, siendo integrante de los equipos júnior campeones de Europa y del mundo en 1998 y 1999, respectivamente. Su confirmación como una de las grandes promesas del baloncesto patrio aún estaba por llegar.

Fue en el primer año del nuevo milenio cuando Pau Gasol demostró con creces que quería ser parte importante de la futura élite del baloncesto europeo y mundial. La Copa del Rey de Vitoria fue un aviso premonitorio de lo que ocurriría, precisamente, en el torneo copero siguiente (Málaga 2001). El espigado ala-pívot de 2’15 metros estaba dominando la ACB a su antojo, y en el torneo del KO no se reservó ni mucho menos. Ante los maravillados ojos de todos los asistentes al Martín Carpena malagueño, cuajó una actuación sensacional en los 3 partidos que disputó el Barcelona, destacando su actuación en la final, factor clave en la victoria azulgrana. Al triunfo en la Copa se unió, meses después, la victoria en el campeonato ACB (la inoportuna apendicitis que sufrió horas antes de la eliminatoria ante la Benneton de Treviso privó, muy probablemente, al FC Barcelona de clasificarse para la Final Four y hacerse con su primera Euroliga). Gasol tomó entonces una de las decisiones más importantes de su carrera deportiva: probaría suerte en la NBA, glorificadora de los grandes portentos del baloncesto planetario, pero también capaz de destrozar los más bellos sueños de grandeza. Comenzaba así, aunque él no lo sabía, una fulgurante carrera hacia el éxito, en la que sus ansias de victoria se verían más colmadas que nunca.

Antes de comenzar su ilusionante andadura en Estados Unidos, Pau tuvo tiempo de debutar con la selección española absoluta. Ya en su primer torneo con los mayores (Eurobasket de Turquía) demostró su ambición y su ardiente deseo de conducir hasta la gloria a un equipo español que acababa de salir de una importante crisis deportiva, con un bronce como premio final. Su llegada a Estados Unidos, habiendo sido elegido en el puesto número 3 del draft por Atlanta Hawks y traspasado posteriormente a Memphis Grizzlies, dio que hablar muy pronto. Un mate ‘in your face’ sobre Kevin Garnett fue el comienzo de todo. En sus primeros años en la liga, Gasol siguió a rajatabla la máxima de ganar por encima de todo y de todos. Fue Novato del Año, consiguió clasificar a Memphis por vez primera en su historia en los playoffs (con ninguna victoria en ellos con el mayor de los Gasol en sus filas, curiosamente éstas llegarían años después con otro Gasol en el equipo) y logró ser elegido para disputar el glamuroso y mágico All Star, donde sólo tienen cabida los mejores hombres de la NBA. Las alegrías y las decepciones también se iban turnando en sus presencias con la selección, alternando grandes torneos, con o sin premio (Eurobasket de Suecia ’03 y JJOO de Atenas ’04), con sinsabores (Mundobasket de Indianápolis ’02) y ausencias del equipo (Eurobasket de Serbia ’05). Pau siempre fue el gran referente de España en esas competiciones, pero la victoria, que fue denominador común de su vida deportiva en sus inicios como profesional, ahora le era esquiva. Y eso no gustaba en absoluto a Pau Gasol.

2006 fue el año en que todo cambió. No a nivel de clubes, cierto es. Pero sí a nivel de selecciones, un ámbito mucho mayor. Gasol ya había ganado varias medallas con la selección española, pero ninguna tan gratificante como el dorado oro. Un oro que significó el triunfo en todo un Campeonato del Mundo, que se dice pronto. El juego del equipo español en Japón ‘06 fue grandioso en todos los sentidos, pero si alguien sobresalió en aquel equipo opositor de las individualidades fue Pau. Su ausencia en la final ante Grecia (malditas lesiones) no fue motivo excluyente para que se llevara a casa un flamante galardón como mejor jugador del Mundial, el siempre cotizado MVP. En Memphis seguía cosechando triunfos individuales (primer All Star), pero no colectivos. La selección sí colmaba el ansia voraz de triunfos del ala-pívot español, aunque la motivación de Pau fuera exactamente igual en ambos conjuntos. Con la camiseta española vivió, precisamente, uno de los mayores disgustos de su carrera deportiva. Tuvo lugar en la final del Eurobasket ‘07, que se disputó en España. Tras un torneo irregular y con la presión que siempre hace mella de uno u otro modo sobre el equipo anfitrión, la selección cayó ante Rusia en un mal partido, con un final que pudo haber sido muy distinto. La caprichosa diosa Fortuna favoreció a los rusos e impidió que un lanzamiento de Pau Gasol sobre la bocina final que hubiera significado el triunfo de España entrara en las redes de la canasta contraria. El jugador franquicia del equipo nacional también era humano. Y como  tal, lloró aquella dolorosa plata amargamente.

No obstante, las aguas de la carrera deportiva de Pau Gasol no tardaron en volver a su cauce poco después. En febrero de 2008 Pau abandonaba Memphis tras unas últimas temporadas convulsas en cuanto a resultados y rendimiento (mermado por las lesiones) y aterrizaba en una de las organizaciones deportivas más conocidas del planeta, Los Ángeles Lakers, segunda franquicia histórica con más títulos de la NBA en su haber, que había dado fama y prestigio mundial a jugadores de la talla de Kareem Abdul-Jabbar, Earvin ‘Magic’ Johnson, James Worthy, Shaquille O’Neal o Kobe Bryant. La llegada del ala-pívot español supuso un cambio radical en el equipo afincado en tierras de Hollywood, que pasó de ser eliminado en la primera o segunda ronda de los playoffs a luchar por el anillo en un santiamén, renaciendo de sus lustrosas cenizas cual ave fénix. En su primer año como compañeros, la dupla Kobe Bryant- Pau Gasol llevó a los Lakers hasta las Finales NBA, sucumbiendo ante su enemigo íntimo, Boston Celtics. La historia mejoraría sobremanera en las dos temporadas siguientes. Pau Gasol se convertiría en 2009 en el primer jugador español en lograr un anillo de campeón de la mejor liga de baloncesto del mundo, siendo su asfixiante defensa sobre Dwight Howard una de las claves del triunfo final de los Lakers ante Orlando Magic. Él y Los Ángeles revalidarían corona en la siguiente temporada, venciendo a su otrora verdugo, Boston Celtics, en una serie que necesitó de un séptimo y definitivo partido en el que la actuación del jugador español fue trascendental. La sed de victoria de Pau Gasol se veía saciada de nuevo, y muy satisfactoriamente, algo que también se refrendó en sus actuaciones con la selección española, saldadas con una plata que supo a oro en los Juegos Olímpicos de Pekín ’08 y con el primer oro europeo de la historia del baloncesto patrio en Polonia ’09. Ambos campeonatos fueron muy especiales para Gasol: el primero de ellos demostró que España podía ganar a la temible selección de Estados Unidos en un partido de baloncesto; el segundo que, a pesar de las adversidades sufridas, nadie podía acabar con un grupo de jugadores unido por una causa común: la gloria.

Tras su ausencia en 2010, Pau Gasol regresa a la selección española este verano, y lo hace con fuego en sus ojos. Los Lakers no consiguieron conquistar el que hubiera sido su tercer campeonato NBA consecutivo, cayendo en las semifinales de la Conferencia Oeste ante Dallas Mavericks. La peor parte de la inesperada derrota se la llevó el ala-pívot natural de Sant Boi, que tuvo que soportar una incesante lluvia de críticas hacia su persona, siendo considerado el principal culpable del desastre. Por ello, el 4 de España desea olvidar la irregular temporada pasada que protagonizó. Ahora sólo piensa en una cosa, y no parará hasta conseguirla: el oro en el Eurobasket de Lituania. Le dan escalofríos pensando en unos Juegos Olímpicos (que bien podrían ser los últimos en los que él participara) sin el concurso de la selección española de baloncesto. La victoria es el único objetivo que contempla el mayor de los Gasol, su mente y su cuerpo estuvieron preparados para acometer tal desafío desde su primer minuto de vida.  El verbo ‘ganar’ siempre fue conjugado con suma facilidad por él.  Saberse vencedor era un premio, verse perdedor era un castigo.

Y es que, como el Cid Campeador, Pau Gasol nunca dará una batalla por perdida, nunca.  Por ello, será recordado hasta las postrimerías de la historia como el hombre que siempre quiso ganar.

Este artículo está incluido en la Guía Basketme Eurobasket 2011.

Dallas se convierte en campeón NBA 5 años después tras su tercera victoria consecutiva ante Miami (105-95)


La historia le debía una a Mark Cuban y sus Dallas Mavericks. Aquella dolorosa derrota hace 5 años en el mismo lugar, las Finales NBA, y ante idéntico rival, los Miami Heat, que se produjo a pesar de que los Mavs mandaban por 2-0 en la serie y ganaban por 13 puntos en el último cuarto del tercer partido, fue recordada hasta la saciedad. Ahora ha quedado relegada al más remoto pasado. Dallas ya tiene en su poder un anillo de campeón NBA, algo de lo que sólo pueden presumir 18 franquicias de la liga. Y ha obtenido tan meritorio logro haciendo honor a una de las bases del noble deporte del baloncesto: el juego en equipo. Si el equipo de Texas no hubiera desarrollado un esquema de juego basado en el conjunto, en la aportación de todos y cada uno de los componentes de su plantilla, desde el más importante hasta el menos destacado, todo hubiera sido diferente. Miami acabó acusando la falta de compenetración entre sus jugadores en el año primero de la era Big Three y tendrá que esperar, al menos, a una segunda temporada para volver a pelear por el campeonato, un segundo asalto en el que su plantilla ya no partirá de cero y podrá enmendar los errores cometidos en su primera intentona en pro de obtener el codiciado trofeo Larry O’Brien.

Casi todos los presentes en el American Airlines Arena de Miami y gran parte del mundo del deporte de la canasta deseaba un séptimo partido para esta vibrante eliminatoria. El equipo local parecía dispuesto a dar alcance a tal empresa y, arropado por sus fieles, iniciaba el encuentro mejor que su rival, con cuantiosas penetraciones por la zona y con un redimido Lebron James como jefe de operaciones. Dallas mantenía su premisa de jugar en comuna y el puertorriqueño José Juan Barea, titular por tercer encuentro consecutivo, aportaba buenos minutos de juego al igual que su homólogo en los Heat, Mario Chalmers, variante táctica de Spoelstra con respecto a los 5 anteriores partidos. James seguía en estado de gracia y provocaba el primer tiempo muerto de Rick Carlisle. Miami defendía y atacaba correctamente, sabiendo que tenía un match ball en contra, y se puso con 9 puntos de ventaja en el marcador (11-20). En el bando contrario, el alemán Dirk Nowitzki cometía su segunda falta personal, que le mandaba al banquillo y que suponía un pequeño problema para su equipo, mientras el Big Three sostenía a los locales. Fue la otra gran estrella de los Mavericks, Jason Terry, quien despertó a los Mavs, con 5 puntos consecutivos al entrar en la pista. Así, Dallas pasaba a mandar en el encuentro gracias a su buena circulación de balón y al colectivo, sin echar en falta a Nowitzki y con Terry y Marion como líderes, llegando a obtener una máxima ventaja de 8 puntos. Los visitantes acabaron el cuarto con su ritmo de juego impuesto tras unos minutos dubitativos y habiendo mejorado en defensa (32-27).

Dallas mostraba alardes de grandeza al comienzo del segundo cuarto, volviendo a escaparse en el marcador gracias a una canasta de Ian Mahinmi y a dos triples de un certero Deshawn Stevenson (40-28). Miami no se rendiría y seguiría dando mucha guerra, con los triples de un inesperado Eddie House y las penetraciones de Chalmers, con Bosh, Wade y Haslem in crescendo, tomando la delantera (40-42) aprovechando unos malos minutos del rival. Habría tiempo para una pequeña trifulca entre Stevenson y Chalmers, saldada con una técnica para ambos y también para Haslem. Nowitzki no tenía su mejor día en el tiro, lo que contrastaba con la portentosa actuación de Terry (17 puntos en la primera parte), que volvía a poner por delante a Dallas justo antes del descanso (53-51). La segunda parte dictaminaría si Dallas se hacía con el ansiado anillo o si todo se decidiría en un séptimo partido.

Las defensas desaparecieron por completo en los primeros compases de la segunda mitad, con muchas alternancias en el marcador. Dallas se ponía 7 arriba (63-56), dominando el rebote y el tempo del partido. No había duda de que se le veía más cómodo en el liderazgo que a Miami, manteniendo el control del encuentro con soltura por mediación de Barea. Miami aguantaba a duras penas con los puntos en la zona y desde el tiro libre como principales argumentos. Dallas mostraba una vez más en la serie el valioso poder del colectivo dentro de sus esquemas de juego, con dos suplentes indiscutibles (Mahinmi y Cardinal) realizando un buen papel. Dallas forzó numerosas faltas durante este tercer cuarto, incluyendo una técnica de Dwyane Wade que agrandó su renta (72-65). Los locales darían pie a un nuevo acercamiento en los minutos de descanso de Nowitzki y Chandler, pero Dallas no cedería y un triple de Jason Kidd insufló aire a su equipo (79-71). Una canasta de Mahinmi sobre la bocina finiquitaba el cuarto (81-72), y dejaba claro que Dallas sentenciaría la serie en el sexto partido costara lo que costara.

Los últimos 12 minutos de encuentro trajeron consigo el regreso de Tyson Chandler al parqué, tras disfrutar de pocos minutos por cargarse con faltas muy rápidamente. Miami estaba jugando peor, pero todavía mantenía sus esperanzas de triunfo intactas, aunque Barea y Terry rompieron sus aspiraciones de un plumazo (89-77). Nowitzki salía por fin de su bache de juego y Miami se apagó definitivamente, sobreviviendo con varios 2+1. Lebron James mantenía sus erráticas estadísticas en los cuartos finales y su equipo fallaba ya clamorosamente desde la línea de personal y desde el triple. No tuvieron demasiada historia los últimos 12 minutos de partido, con Dallas controlando su ventaja sin problemas y venciendo finalmente por 105-95.

HEAT 95
MAVERICKS 105

95 – Miami Heat (27+24+21+23): Wade (17), Chalmers (18), Anthony (-), Bosh (19), James (21) -cinco inicial-, Howard (-), House (9), Miller (-) y Haslem (11).

105 – Dallas Mavericks (32+21+28+24): Kidd (9), Barea (15), Chandler (5), Marion (12), Nowitzki (21) -cinco inicial-, Terry (27), Cardinal (3), Stevenson (9) y Mahinmi (4).

Árbitros: Steve Javie, Derrick Stafford, Scott Foster. Señalaron faltas técnicas a Haslem, Chalmers y Wade, del Heat, y a Stevenson, de los Mavericks. No hubo eliminados por personales.

Incidencias: Sexto partido de las Finales del baloncesto profesional de la NBA que se disputó en el American Airlines Arena, de Miami, ante 20.003 espectadores.

Dallas ganó el anillo muy merecidamente, con el trabajo en equipo y un extraordinario rendimiento en los últimos minutos de cada uno de los 6 partidos de la final como principales armas, proporcionando momentos mágicos y espectaculares a todos los aficionados de este deporte. No partían como favoritos teóricamente, pero sí contaban con un cuantioso apoyo, al desear muchos la derrota del equipo más odiado de la NBA, los Heat, por ser miembro de su plantilla Lebron James, sometido a un linchamiento público y privado sin precedentes por su cuestionable rendimiento en las series finales. Los otros integrantes del Big Three, Wade y Bosh, le superaron ampliamente, en un equipo que ya dio señas de no funcionar al 100% durante la Regular Season y en el que el egocentrismo sigue primando a pesar de todo lo sucedido. Un peor banquillo que el de Dallas o un desconocimiento del verdadero potencial de los miembros de éste (fijémonos en la buena actuación de House como revulsivo en el sexto encuentro) fueron factores también destacados para que el mejor equipo del Este no se hiciera con el título en el primer año de su nueva y renovada formación.

La ‘vendetta’ de los Mavs llegó 5 años después y muchos jugadores merecedores de un anillo (Kidd, Marion, Terry, Stojakovic) lo lograron al fin, saliendo del grupo de ilustres baloncestistas que cedieron en el intento de lograr un campeonato NBA. Mención aparte merece el MVP de las Finales 2011, Dirk Nowitzki, con 13 años de inestimable servicio en los Dallas Mavericks a sus espaldas. Él fue el protagonista absoluto de la final: héroe de las remontadas de los Mavs, inmenso incluso en los momentos de mayor adversidad (ese cuarto partido con 38.5 de fiebre) y completamente invencible e imparable. La conclusión es que la Final NBA hizo justicia: ganó el equipo que mejor jugó al baloncesto. Con éste ya van 3 campeonatos consecutivos obtenidos por un equipo de la Conferencia Oeste (Los Ángeles en 2009 y 2010 y Dallas en 2011). ¿Cambiará esta dinámica la próxima temporada?

 

Dallas se adelanta en la final y derrota a Miami (103-112) gracias a un gran trabajo colectivo


Venían pisando fuerte en los últimos partidos y finalmente aparecieron los auténticos y genuinos Dallas Mavericks en todo su esplendor. No fue el triunfo de un único individuo, sino de todo un colectivo. Nadie destacó por encima del resto, todos fueron importantes, incluso los menos habituales. Fue el triunfo del equipo, del grupo, del conjunto. En el mejor partido disputado hasta la fecha de las Finales NBA 2011, el equipo local superó ampliamente a Miami Heat (103-112), que acabó sacando a relucir su principal defecto desde el inicio de la temporada, que no es otro que la carencia de trabajo en equipo, la primacía del individualismo puro y duro. La declaración de intereses de Lebron James en la previa quedó hecha añicos al ser incapaz de cambiar el transcurso de los acontecimientos en el último cuarto una vez más (y ya van varias). Su triple-doble (17 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias) no sirvió para empañar las debilidades de unos Heat que, a pesar de superar 5 de sus hombres las dobles cifras anotadoras, no estuvieron a la altura de las circunstancias, caminando cada uno por su lado cuando deberían hacerlo en comunión y lastrados por los problemas físicos de su mejor jugador, Dwyane Wade, echando en falta su aportación en los minutos finales.

Desde el minuto uno de partido se vio que Dallas quería la victoria en el quinto partido a toda costa. Los primeros compases del encuentro fueron muy igualados, con un ritmo muy alto de juego. En el equipo local eran Barea (todo un acierto su inclusión en el quinteto titular de los Mavs a partir del cuarto partido) y Jason Kidd quienes repartían juego (el segundo también anotaba), Tyson Chandler estaba enorme en ataque y en defensa y Dirk Nowitzki anotaba y respondía como siempre, con una gran actitud defensiva del equipo entrenado por Rick Carlisle, y Miami aguantando el temporal como buenamente podía (6-13), con un horrible James y un buen Chris Bosh. A pesar de todo, había pérdidas tontas de balón por parte de ambos equipos, aprovechadas por Miami para acercarse un poco en el marcador (19-23), con buen acierto ofensivo en ambos lados de la cancha y menos defensa. Fue entonces cuando Wade, el mejor jugador de Miami hasta el momento, tuvo que retirarse momentáneamente del partido, haciendo saltar todas las alarmas en los Heat. El motivo fue un golpe con Bryan Cardinal, en el que se hizo daño en la cadera. Miami mantuvo e incluso empeoró su rendimiento, a pesar de perder por poca diferencia, siendo mantenido por sus secundarios, sobre todo por Juwan Howard. En Dallas destacaban todos, incluido uno de los hombres con menos peso en la plantilla, Cardinal. Aun así, Miami ganaría sorprendentemente el primer cuarto gracias a un nuevo «buzzer beater» salvador de Mario Chalmers (31-30).

En el segundo cuarto, Lebron James comenzaría a ser importante para los Heat y Bosh mantendría su buena aportación del cuarto inicial. Dallas seguía jugando un muy buen baloncesto, con todos sus hombres aportando un granito de arena al juego del equipo. Volvió Wade a la cancha y Miami logró adelantarse en el marcador (40-39). Todo seguía apretadísimo, con unos porcentajes de tiro y de acierto en el triple muy destacados para ambos conjuntos. Los Heat se ponían cómodos en el liderato gracias a unos minutos poco afortunados de los locales (52-46), pero las distancias seguían siendo mínimas, empatando Dallas el partido con un 0-6 de parcial, volviendo Miami a liderar el marcador merced a una técnica y logrando los Mavericks ir de nuevo por delante con Nowitzki y Terry como estiletes. La primera parte acabaría con un triple de Chalmers y una canasta del alemán, siendo favorable el resultado a los locales (57-60). Se estaba disputando un encuentro de altos vuelos, con mucha anotación y un ritmo trepidante.

Wade no aparecía en el banquillo de los Heat al inicio de la segunda parte. Ambos equipos continuaban su buena racha desde el triple (Dallas acabaría con un espectacular 69% de acierto desde esta distancia) y los Mavericks seguían siendo mejores, con Chandler escandaloso en el rebote, Nowitzki tan brillante como siempre y Barea con la muñeca caliente desde la línea de tres (69-73). Miami se había convertido en Dallas y Dallas en Miami, ahora eran los pupilos de Spoelstra quienes iban a remolque durante gran parte del partido, resistiendo las acometidas de los Mavs aun sin su líder. Wade volvería al partido a falta de 04:33 para el final del tercer cuarto, cuando Dallas mandaba 71-80, con Barea y Terry simplemente magistrales, con 8 puntos para cada uno en esos 12 minutos. El cuarto finalizaba con un marcador de 79-84, Dallas tenía bien encaminada la victoria, pero tendría que sudar para conseguirla.

Los Mavericks seguían por delante en el marcador cuando comenzaron los 12 últimos minutos del encuentro, pero Miami se negaba a rendirse. Cuando los visitantes se situaban a 2 puntos del liderato, un triple del puertorriqueño Barea ponía el 88-93 en el luminoso. La conexión del backcourt de los Heat con Udonis Haslem hacía retomar el liderazgo del partido a Miami y un triple de Wade les daba una renta de 4 puntos (99-95), maquillada por Nowitzki desde el tiro libre. Lebron James se desconectaría del «partido de su vida» con otro horrendo cuarto final, en el que sólo anotaría 2 puntos. A pesar de jugar con fuego al no anotar durante algunos minutos, un gigantesco Jason Terry empataba el partido con un lanzamiento de tres y un mate de Dirk ponía a Dallas de nuevo camino del triunfo. Jason Kidd alargaría el vía crucis de los Heat desde el tiro libre (100-105). A continuación, vendría uno de los mejores momentos de la Final de este año: un triple de Terry que certificaba el triunfo de los Mavs (101-108) a 33.3 segundos del final, celebrado por uno de los mejores sextos hombres de la NBA haciendo el avión, una celebración que lleva su firma. El carrusel final de tiros libres sólo serviría para agrandar y maquillar el resultado final (103-112).

Dallas 112
Miami 103
Equipos
Dallas Mavericks (30+30+24+28): Nowtizki (29), Marion (8), Chandlerl (13), Kidd (13), Barea (17) -cinco inicial-, Terry (21), DeShawn (4), Cardinal (4), Mahinmi (3).
Miami Heat (31+26+22+24): LeBron (17), C. Bosh (19), J. Anthony (2), Wade (23), Bibby (2) -cinco inicial-, Haslem (10), Chalmers (15), M. Miller (9), J. Howard (6), House (-).

El valor de la victoria de Dallas en el quinto partido cobra importancia al ver cómo se consiguió el triunfo. La actuación coral de los Mavericks rozó la perfección, anotando todos los jugadores del equipo que dispusieron de minutos en el partido y con la columna vertebral del roster de los Mavs rindiendo a un nivel superlativo. Las estadísticas son inapelables: Nowitzki 29 puntos, Chandler 13 puntos y 7 rebotes, Barea 17 puntos y 5 asistencias, Kidd 13 puntos y 6 asistencias y Terry 21 puntos y 6 asistencias. Fue la aparición final de Terry el punto culmen del gran rendimiento colectivo que mostraron los hombres de Carlisle, un Terry que no había rendido a un buen nivel en los 3 primeros partidos, despertó en el cuarto y explotó definitivamente en el quinto encuentro. La presión convive ahora en el seno de los Miami Heat, que, a pesar de todo lo sucedido en territorio comanche, gozan ahora de dos partidos en casa para poder llevarse el anillo. Los Heat disputarán su séptimo partido particular esta noche (02:00 de la madrugada en España), en el cual ya no pueden permitirse el lujo de cometer más errores. Un triunfo suyo acabará con la bola de campeonato de los Mavericks, una derrota hará que todo haya terminado. Las sensaciones son ahora favorables a los campeones de la Conferencia Oeste, entrenados por un Rick Carlisle que le ha ganado la partida hasta el momento a Erik Spoelstra en los banquillos. Todo está todavía por decidir. Lo que está claro es que en el encuentro de esta noche volverán a pasar cosas alucinantes. Mañana amaneceremos con un nuevo campeón de la NBA o con un séptimo partido en el horizonte. Es el todo o el nada. Hagan sus apuestas.

Dallas saca fuerzas de flaqueza y vuelve a empatar la final (83-86) en el día más complicado de Nowitzki


Dallas Mavericks hizo fácil lo difícil una vez más. Por fin aparecieron algunos de los secundarios de lujo de los de Texas, a los que tanto se había echado de menos. Hicieron acto de presencia en el día más complicado de su líder, el alemán Dirk Nowitzki, que, con 38.5 de fiebre debido a un proceso catarral-gripal, galvanizó a sus compañeros y les llevó hacia la victoria, con 21 puntos y 11 rebotes, en claras similitudes (aunque a un menor nivel) con el quinto partido de las Finales NBA de 1997, cuando un tal Michael Jordan, en una situación parecida a la del teutón, anotó 38 puntos decisivos para el triunfo de sus Chicago Bulls ante los Utah Jazz de Malone y Stockton. La victoria de Dallas (83-86) contrastó con la impotencia de su rival, Miami Heat, con Lebron James cuajando uno de los peores partidos, sino el peor, que se le recuerdan (9 rebotes y 7 asistencias, pero sólo 8 puntos), sin ningún protagonismo en el último cuarto del partido de nuevo.

El encuentro comenzó con los hombres de Dallas muy mentalizados en lograr la victoria, tras no poder triunfar en el tercer partido, primero disputado en el American Airlines Center de la ciudad tejana. Nowitzki disimulaba muy bien su enfermedad con unos muy buenos primeros minutos y la defensa interior de los Mavericks funcionaba bien, a pesar de dar muchas segundas oportunidades (rebotes ofensivos) a Miami, donde Chris Bosh era el mejor. Aun así, los locales seguían empecinados en perder muchos balones, una piedra con la que ya tropezaron en anteriores partidos de la serie, saldadas con otras tantas canastas de los Heat. Jason Terry comenzaba enrachado, con canasta imposible incluida, y 5 puntos consecutivos suyos permitían a su equipo seguir comandando el marcador, aun con Nowitzki en el banco (14-17). Miami estaba jugando peor de lo que indicaba el luminoso, y Dallas perdonaba en exceso situaciones de fácil anotación. El primer cuarto concluía en empate a 21, con la sensación de que los del Oeste estaban errando en demasía.

Miami tenía un gran inicio de segundo cuarto, con un parcial de 7-0 que hacía saltar las alarmas de Rick Carlisle y los suyos, despertando Dallas de la mano del infravalorado Deshawn Stevenson. Miami mostraba un poderío insultante bajo tableros, con una gran primera parte de Bosh (acabaría los primeros 24 minutos con 16 puntos) y Dallas mostraba cada vez peores sensaciones, dando la impresión de ir sin rumbo fijo en el partido. Era Stevenson quien mantenía a flote el barco de los Mavs con 3 triples, empatando el partido cuando ni Dwyane Wade ni Lebron James habían anotado aún en el período, tomando de nuevo la delantera con un parcial de 0-9. El principal problema de Nowitzki y compañía era su débil defensa interior, que permitiría que Miami se fuera mandando en el marcador al descanso (47-45), a pesar de que ninguno de los dos conjuntos se imponía de forma clara sobre la cancha.

La buena defensa de Dallas era lo más destacado tras el paso por vestuarios, con unos minutos muy reseñables de Tyson Chandler, el gran olvidado por prensa y aficionados en estas series finales, con una aportación muy destacada, distribuyendo juego y dando mucha estopa en la pintura, con la ayuda de su compañero de faenas Shawn Marion. Miami regresaba al encuentro algo más frío, no aportando demasiado y Jason Kidd, base titular de Dallas y jugador de su posición más veterano en disputar unas series por el título, dejaba claro que no era su día. Dallas se colocaba 61-64 arriba, pero Miami respondía aprovechando los fallos locales y ahora eran los del South Beach quienes mandaban, por 4 puntos de diferencia (69-65), y sin hacer gran cosa, al final del tercer acto. Nowitzki acusaba su escondida enfermedad con un cuarto no muy bueno en el tiro, lo que era un problema para Dallas.

Un triple de Mike Miller y una canasta del siempre cumplidor Udonis Haslem daban una buena oportunidad a los visitantes de dejar visto para sentencia el partido (74-65) al inicio del último cuarto. Fue en ese momento cuando apareció por primera vez en el «clutch time» de las Finales 2011 Jason Terry, devolviendo a la vida a Dallas, que comenzaba a acercarse peligrosamente al KO. Nowitzki también aparecería, como siempre hacen en estos momentos decisivos los grandes jugadores. Todo esto, con la colaboración de Chandler, daría lugar a un muy honroso parcial de 4-15 favorable a los Mavericks (78-79), salvando un lapsus en el que Miami retomó el liderato del partido. La tensión se mascaba en el ambiente, y ambos equipos cometieron fallos debidos al ansia de unos por aumentar la renta obtenida y de otros por encontrar el camino hacia el triunfo. Los tiros libres aumentaban la ventaja de Dallas y reducían la desventaja de Miami. Fue precisamente desde la línea del 4’60 desde donde el capitán y mejor jugador heat, Wade, falló un lanzamiento de personal que podría haber empatado el partido a falta de 30.1 segundos para la conclusión (81-82). «Robin Hood» no perdonaría en el momento de la verdad, pero Bosh reduciría distancias con un mate a 9 segundos del final (83-84). Los Heat forzaron la falta sobre un atinado Terry, al que no le temblaría la muñeca desde el tiro libre para sellar la victoria de Dallas (83-86).

Dallas 86
Miami 83
Equipos
Dallas Mavericks (21+24+20+21): Kidd (-), Barea (8), Chandler (13), Marion (16), Nowitzki (21) -cinco inicial-, Haywood (-), Stevenson (11), Cardinal (-), Terry (17) y Stojakovic (-).
Miami Heat (21+26+22+14): Wade (32), Bibby (-), Anthony (4), James (8) Bosh (24) -cinco inicial-, Howard (-), Miller (6), Haslem (4) y Chalmers (5).

Los Mavs lo habían vuelto a hacer. En una situación de partido claramente desfavorable a sus intereses, con Miami en estado de gracia y con su estrella, Nowitzki, en unas malas condiciones físicas, habían renacido de sus cenizas cual ave fénix para vencer al enemigo. Recuperaban para la causa de los playoffs a su otro gran jugador, Terry, y no acusaban la inferioridad física que se les presuponía ante un equipo fuerte en ese sentido. Las fuerzas volvían a estar igualadas y gozarían de un tercer partido en casa para adelantarse en la serie, habiéndose asegurado ya un sexto partido. En el otro lado de la balanza, Miami recibía un nuevo vapuleo cuando ya se veía ganador anticipadamente. Pese a la excelente aportación de Wade (32 puntos) y Bosh (24 puntos), su supuestamente mejor hombre, Lebron James, no estuvo a la altura de las circunstancias y adoleció de vértigo  en los momentos decisivos, el tiempo de las estrellas de este deporte. James prometería tanto a admiradores como a detractores que el quinto partido sería su momento, ahora o nunca. No sería precisamente así.

Miami vuelve a adelantarse en las Finales NBA (88-86) pese a los irreductibles Mavericks


Les dio igual tener a todo el American Airlines Center (que no Arena) en contra, jugar en territorio comanche, en torno a una marea azul inmensa. Miami Heat sigue mostrando mayor entereza en estas Finales NBA 2011, y así lo demuestra su victoria, un triunfo de nuevo «in extremis» (88-86) ante unos Dallas Mavericks que volvieron a dejar a su líder, Dirk Nowitzki, solo ante el peligro en los minutos decisivos y que no pudieron acometer una nueva remontada en un partido en el que se vieron varias, un encuentro de rachas.

Tras el salto inicial, se vio muchísima igualdad en la cancha. Ambos conjuntos estaban entonados en el tiro y Dallas lograba tomar la delantera en los primeros minutos, con Jason Kidd y Deshawn Stevenson en estado de gracia. En Miami, Wade estaba al 100% desde el inicio y su equipo lograba muchísimos puntos en la zona, donde superó ampliamente al rival. Aun así, las ventajas eran cortas y los Heat lograron adelantar a los locales en el marcador, por mediación de una buena defensa y aprovechando los minutos de banquillo de Nowitzki. El primer cuarto concluía con un triple sobre la bocina de Mario Chalmers y con la sensación de que Miami no estaba haciendo nada del otro mundo para mandar en el partido, los méritos de ello eran más ajenos que propios merced a la floja defensa de los Mavericks, que motivó buenas cifras anotadoras heat en los primeros 12 minutos (29-22).

El partido seguiría siendo rácano a la vista de todos en el segundo acto, con muchas imprecisiones en buena parte del mismo y con Miami liderando en el luminoso con tranquilidad absoluta. Jason Terry y Nowitzki intentaban la mejoría de Dallas, que seguía muy fallón y con un gran número de pérdidas de balón, una tendencia muy peligrosa que el equipo texano mantiene desde el inicio de las series por el título. Sin embargo, los campeones del Oeste, muy dados al sufrimiento, volvieron a hacer uso de una de sus ya típicas remontadas para que los Heat volvieran a sentir el aliento de los locales en su cogote. Así, se llegaría al final de la primera parte con un 47-42 favorable a los visitantes, las espadas de nuevo en alto y papeles tornados, con Dallas de héroe y Miami de víctima.

Miami tomaba aire tras el descanso con un 8-0 de parcial, pero otro arreón de Dallas conseguía que el partido volviera a estar en un puño, con un15-2 de parcial que recordaba lo que ocurrió en Miami en el segundo partido de las Finales, empatando el partido a 57 con Barea y Chandler haciendo el trabajo sucio. Un tiro libre de Wade y dos triples (Chalmers y Lebron James, muy escondido en el tercer partido), ponían a los Heat 5 arriba, pero un triple de Terry reducían la diferencia sólo a 2 puntos. Miami ganaría el cuarto por 67-64, pero todo quedaba por decidir en el período definitivo.

Los primeros compases del último cuarto fueron de toma y daca constante, con un intercambio de canastas frenético. Fue en los últimos 12 minutos cuando volvió a conectarse al ordenador de las Finales Chris Bosh, que no aparecía desde su buena aportación en el partido inaugural de la eliminatoria. Miami lograba un 79-72 a mediados de cuarto que exigía de los hombres de Rick Carlisle una reacción inmediata. La imposibilidad de los campeones del Este de cerrar el encuentro o la lucha constante de Dallas provocaron un nuevo acercamiento de los locales (81-78). Nowitzki se echó al equipo a la espalda, como siempre, logrando que los Mavericks empatasen el partido cuando restaba algo más de un minuto para la bocina final. Bosh completaría su metamorfosis final de villano a héroe con la canasta que le daría el triunfo a Miami y Nowtizki no volvería a ser el salvador de Dallas en los últimos segundos del partido, fallando el típico tiro apelando a la heroica que se hace en estos casos (88-86). El objetivo de Miami ya se había cumplido, ganando al menos 1 de los 3 partidos en Dallas. Los locales habían vuelto a cometer un grave error al darle toda la responsabilidad a Nowitzki, sin nadie que le ayudara en los minutos finales.

Dallas 86
Miami 88
Equipos
Dallas Mavericks (22+20+22+22): Kidd (9), Stevenson (3), Chandler (5), Marion (10), Nowitzki (34) -cinco inicial-, Stojakovic (2), Terry (15), Cardinal (-), Barea (6) y Mahinmi (2).
Miami Heat (29+18+20+21): Bibby (3), Wade (29), Anthony (2), Bosh (18), James (17) -cinco inicial-, Howard (1), Miller (-), Haslem (6) y Chalmers (12).

A los Mavericks todavía les quedan dos partidos en casa para remediar lo sucedido, pero hay un dato demoledor que juega en su contra: quien gana el tercer partido de las Finales NBA yendo las series 1-1 desde que se instauró el actual sistema 2-3-2 en 1985 es poseedor del trofeo Larry O’Brien de campeón NBA unos días después. Dallas ya no solo tiene que ganar en la batalla contra Miami, sino también en una batalla contra la historia. El cuarto partido disputado la pasada madrugada ya habrá definido si esa batalla ha empezado con victoria o con derrota.

WAH llega a Radio GED con una cobertura especial de la Final ACB


Where Amazing Happens, el programa de baloncesto que nació el pasado mes de enero, creado por un servidor, llega a las ondas de una de las radios online más pujantes en el ámbito deportivo, Radio GED.

Nuestra colaboración con la emisora comenzará con una cobertura especial de la Final de la ACB. Un servidor, Millán Cámara, y algunos de los integrantes del flamante equipo de WAH estaremos contigo 50 minutos antes de cada encuentro para acercarte toda la información sobre la serie final entre Bizkaia Bilbao Basket y Regal FC Barcelona y sus devenires. Después de los previos, Álvaro Escalante, narrador habitual del baloncesto en Radio GED, tomará los mandos en la retransmisión de cada encuentro, conmigo y con Pedro Fernández, ex jugador ACB durante 12 temporadas, como comentaristas de los partidos.

La programación de esta cobertura especial que supone el pistoletazo de salida de Where Amazing Happens a lo grande será la siguiente:

Jueves 9 de junio  19:45-20:45 Previo 20:45 en adelante  Narración 1er partido Final ACB 2011.

Sábado 11 de junio 17:15-18:15 Previo 18:15 en adelante Narración 2ndo partido Final ACB 2011.

Martes 14 de junio 19:45-20:45 Previo 20:45 en adelante Narración 3er partido Final ACB 2011.

Posible cuarto partido: Jueves 16 de junio 19:45-20:45 Previo 20:45 en adelante Narración 4rto partido Final ACB 2011.

Posible quinto partido: Sábado 18 de junio 17:00-18:00 Previo 18:00 en adelante Narración 5to partido Final ACB 2011.

Todas las retransmisiones podrán seguirse a través del reproductor online de Radio GED (http://www.radioged.es/reproductor/). Esperamos que os guste. Prometemos no defraudar.

«Robin Hood» Nowitzki perpetra el robo del siglo y Dallas da la campanada en Miami (95-93)


Era el guión soñado. 07:14 minutos para el final del partido. Un American Airlines Arena lleno hasta la bandera y vestido de blanco pureza. Miami disponía de 15 puntos de ventaja (73-88) que parecían suficientes para colocar el 2-0 en las Finales de la NBA y seguir imbatido en casa en estos playoff. Parecía oro, pero acabaría siendo plata. Lo que ocurrió a partir de ese momento ya forma parte de la historia. Dallas, en un arrebato de mágica épica, remontó lo que se antojaba irremontable, ganó un partido que parecía inganable y robó un factor cancha que los Heat habían defendido a ultranza con uñas y dientes. Y todo ello gracias a una bandeja llena de rabia y de ánimo de venganza por lo ocurrido en 2006 anotada por el hombre por excelencia de los tejanos, Dirk Nowitzki, cuando restaban 3.6 segundos de partido. Los Mavericks habían conquistado el fortín inexpugnable de los Playoffs NBA 2011 al más puro estilo «el más difícil todavía».

Mucho antes de que todo esto ocurriera, en el primer cuarto, Dallas ya había dejado claras sus intenciones de batalla. Con Tyson Chandler haciendo mucha pupa en la pintura y un Deshawn Stevenson muy trabajador tanto en ataque como en defensa, los chicos del Oeste llegaron a mandar por 6 (12-6) en los compases iniciales del encuentro. Pero dos de los integrantes del trío maravilloso de Miami, Lebron James y Dwyane Wade, se metieron pronto en contienda y no tardaron en poner a su equipo al frente (13-14, 05:55). Dallas se empecinaba una y otra vez en no buscar soluciones a su pobre defensa, que nada podía hacer ante las letales penetraciones de las estrellas heat. Tampoco ayudaba mucho tener en cancha a un fallón Jason Kidd, que perdió muchísimos balones en detrimento de sus compañeros. Su homólogo en Miami, Mike Bibby, desaparecido en combate desde hacía mucho tiempo, tenía su noche desde el triple. Aun así, las distancias eran mínimas y el partido, un correcalles vibrante. El primer cuarto concluía en un justo empate a 28, con un portentoso Lebron James como protagonista del mismo.

Dallas quería más, y lo tuvo. La entrada de José Juan Barea en el segundo cuarto le dio una revolución más al partido y a los Mavericks. El base de origen leonés dirigió muy bien el ataque de los suyos, que gracias a una correcta defensa pudieron salir al contraataque en varias ocasiones, volviendo a escaparse en el marcador (38-32). Miami volvía a acercarse gracias a Wade, totalmente trepidante desde el minuto uno de partido, pero Dallas seguía logrando mantener las distancias en el marcador, gracias sobre todo a un efectivo Chandler, muy buscado por sus compañeros. Fue el ex jugador de Charlotte Bobcats quien forzó la 3ª falta personal de Lebron James, mandándole al banquillo. Así, los pupilos de Carlisle se encontraban en una situación parecida a la que se les presentó al inicio de la segunda parte del primer partido: 51-42 arriba merced a un ataque muy fluido y a una mejor defensa sobre las estrellas heat. Sin embargo, las aspiraciones de Dallas se diluyeron cual azucarillo cuando tiraron por la basura todo el trabajo realizado dando vida a los Heat, quienes engrosaron a los visitantes un parcial de 0-9 antes del descanso. Ambos conjuntos se iban a los vestuarios de nuevo empatados (51-51), pero Miami se sabía superior. Dallas volvía a tirar por la borda un buen margen por culpa de sus inoportunas desconexiones del partido, que podían perjudicarles mucho.

El castigo no tardó en llegar. La caraja del tercer cuarto, tan de moda últimamente, la sufrieron Nowitzki y compañía en sus propias carnes tras el paso por vestuarios. Miami parecía estar cerca de romper el partido y quizá la serie (61-71), pero Nowitzki, Marion y Chandler lo impidieron, recortando diferencias (71-75) por mediación de un todavía desconocido Jason Terry. Dallas había podido sobreponerse a las letales contras de los «Beach Boys» y a los triples de un enrachado Bibby, mas todo seguía apuntando a que Miami se haría también con la victoria en el segundo partido de las Finales. Hasta sus aficionados habían abarrotado el pabellón con la premisa de que éste sería el último partido en casa de la temporada para sus amados Heat. Y el último cuarto llegaría a confirmarlo durante muchos minutos.

Los errores se apoderaban de nuevo de Dallas, y Miami, con una fenomenal defensa, se ponía primero 6 arriba (73-79) y luego con 15 puntos de ventaja cuasi decisivos (73-88). Todo parecía perdido inevitablemente. Entonces llegó el milagro. La defensa hizo por fin acto de presencia por parte maverick, los Heat estuvieron sin anotar muchísimos minutos y Dallas, aupado por sus líderes, logró la increíble machada. 17-2 de parcial en los últimos 5 minutos y empate a 90 a falta de 59.6 segundos. Nowitzki ponía por delante a los suyos desde el triple (93-90), a lo que respondió Mario Chalmers desde la misma distancia. Y fue entonces cuando el alemán, aún dolido por la derrota en 2006 ante idénticos protagonistas, saldó cuentas pendientes y perpetró el auténtico robo del siglo con esa bandeja que aún visionan atónitos los integrantes de los Heat en sus pesadillas.

HEAT 93
MAVERICKS 95

93 – Miami Heat (28+23+24+18): Bibby (14), Wade (36), Anthony (-), Bosh (12), James (20) -cinco inicial-, Miller (-), Haslem (2) y Chalmers (9).

95 – Dallas Mavericks (28+23+20+24): Kidd (6), Stevenson (9), Chandler (13), Marion (20), Nowitzki (24) -cinco inicial-, Stojakovic (-), Terry (16), Haywood (2), Barea (5) y Cardinal (-).

Árbitros: Joe Crawford, Ed Malloy y Ken Mauer. Señalaron faltas técnicas a Mike Miller, de los Heat y a Rick Carlisle (entrenador), de los Mavericks. No hubo eliminados por faltas personales.

Incidencias: Segundo partido de las Finales del baloncesto profesional de la NBA que se disputó en el American Airlines Arena, de Miami, ante 23.003 espectadores.

Ahora llegan 3 partidos consecutivos en Dallas. Los papeles se han tornado completamente, ahora el factor cancha es favorable al Oeste. ¿Será capaz Miami de dar la vuelta a esta complicada situación y, lo más importante, aprovechará Dallas la gran oportunidad que se le presenta para redimirse de lo ocurrido en 2006 ante su público? Lo veremos en el tercer partido de la serie, que se disputará este domingo por la noche (02:00 de la madrugada en España).

Miami toma la delantera en las Finales NBA (84-92) gracias a un Big Three en el que sobresalió Wade


Se abrió la caja de los truenos. Por fin llegó el momento más esperado del año para los aficionados al baloncesto: la disputa de las Finales de la NBA, la mejor competición mundial del deporte de la canasta. Final atípica la de este año (primera desde 1998 sin Shaquille O’Neal, Tim Duncan o Kobe Bryant), que pone frente a frente a dos equipos muy aguerridos y competitivos: los Miami Heat del Big Three, de los cuales se esperaba por lo menos que llegaran a la gran final pese a su inicio de temporada un tanto irregular, y los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki  y compañía, con una gran postemporada a sus espaldas, sobre todo tras dejar en la cuneta a los vigentes campeones, Los Ángeles Lakers. El primer partido de tal magno evento, disputado en el American Airlines Arena de Miami, tuvo un resultado esperado: los Heat se hicieron con la victoria por 84-92, algo no sorpresivo, ya que son el equipo que mejor ha sabido rentabilizar el factor cancha en lo que llevamos de playoffs (no han perdido ni un sólo partido en casa). Los protagonistas, los de siempre: Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.

El partido comenzó con poca anotación por parte de ambos equipos, siendo las defensas muy eficaces, con imprecisiones y pérdidas de balón por doquier. Chris Bosh tuvo un gran inicio de encuentro, ayudando a los suyos a mantenerse por delante en el marcador (máxima ventaja de 5 puntos, 13-18). Dallas se sustentaba gracias al triple, merced a Jason Kidd, el base más veterano en disputar unas Finales, con la muñeca caliente. El problema de los Mavericks era la gran defensa interior de los Heat, que evitaba que Chandler o Marion  pudieran hacer daño en la pintura. A mitad de cuarto, Lebron James comenzó a ser importante para sus Heat, y Miami parecía ganar la batalla anímica a Dallas con superioridad (como así sería al final). Aun así, el primer período del partido acabó con los hombres de Rick Carlisle por delante (17-16), habiendo dispuesto Dallas una defensa en zona que le fue de gran utilidad durante varios momentos del encuentro.

Un gran mate de Bosh tras tiro fallido de Lebron dio inicio al segundo cuarto, en el que el otro Jason de los Mavericks, Jason Terry, con 9 puntos en esos momentos, intentó liderar a su equipo. No sería su día. Por fin llegaría la primera canasta interior de Dallas, anotada curiosamente por un bajito, José Juan Barea. Volvieron las imprecisiones en el tiro (porcentajes menores al 30% de acierto) por parte de ambos conjuntos. Miami volvía a abrir una pequeña brecha en el marcador a falta de 05:32 para el descanso (26-30), pero Nowitzki impedía que la cosa fuera a peor. Fueron Shawn Marion, por parte de Dallas, y Mario Chalmers, por parte de Miami, quienes se convirtieron en los héroes inesperados del segundo acto, el primero gracias a sus internadas en la zona y el segundo por su gran acierto desde el triple. Todo quedaba por decidir al descanso, con un partido igualadísimo y que se presentaba totalmente abierto en sus segundos 24 minutos, con mínima renta favorable a Dallas (44-43).

Al dar comienzo el tercer cuarto, llegó la sorpresa inesperada por todos. Los Mavericks salieron a morder de vestuarios, y en un abrir y cerrar de ojos colocaron en el marcador un 51-43 a su favor, provocando el tiempo muerto de Erik Spoelstra. Miami mostró una gran efectividad tras los tiempos muertos durante todo el partido, y en esta ocasión también rentabilizó al máximo esa oportunidad, con Lebron James y Dwyane Wade, que se dejaba ver por vez primera, consiguiendo disminuir la ventaja de los de Texas en el luminoso. A pesar de todo, Dallas seguía mandando, con una brillante labor de sus jugadores interiores (mención especial a Brendan Haywood), que lograban sacar multitud de personales en la zona convertidas en puntos desde el tiro libre. Tras un nuevo tiempo muerto, y dos pérdidas de Dallas saldadas con dos recuperaciones que los hombres de Carlisle no aprovecharon, James volvió a poner por delante a los Heat desde el triple (59-60). Para finiquitar un cuarto sobresaliente del equipo local, de nuevo Lebron James puso de pie al respetable del American Airlines Arena, anotando un triple inverosímil desde más allá de los 8 metros sobre la bocina que indicaba el final del tercer período. Miami empezaba a marcar diferencias a pesar de su corta ventaja (61-65).

La igualdad volvió a aparecer con fuerza en el comienzo de los últimos 12 minutos de partido, con Miami manteniendo su dominio en el luminoso gracias a la actuación interior de Udonis Haslem, con dos canastas seguidas. Nowitzki seguía sin rendirse, pero ya se encontraba definitivamente muy solo para poder doblegar a unos Heat crecidos ante su afición, que conseguían la máxima renta del partido (69-75). En los momentos en los que Miami erraba, Dallas no castigaba esos errores, y lo acabaría pagando caro. Wade, que había entrado ya con fuerza en el transcurso del juego en el tercer cuarto, fue la clave de que su equipo abriera un agujero definitivo en el partido, con un 73-82 a falta de 03:06 para la conclusión. Los últimos minutos fueron una exhibición ofensiva de los locales, con mates y alley-oops incluidos. Así se llegó al final del primer partido de las Finales 2011 con un marcador favorable a Miami de 84-92.

La victoria heat se fraguó fundamentalmente en una segunda parte descomunal de los pupilos de Spoelstra, liderados por el Big Three y, dentro de éste, un fenomenal Dwyane Wade (22 puntos,10 rebotes, 6 asistencias) como jugador más destacado, con Lebron James (24 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias) y Chris Bosh (19 puntos, 9 rebotes) también sublimes. En Dallas, Nowitzki (27 puntos y 8 rebotes) tuvo muy poca ayuda de sus compañeros en los momentos de la verdad. El más digno de los secundarios de Dallas fue Marion (16 puntos y 10 rebotes), aunque desapareciera en la segunda mitad. Horrible noche para Jason Terry (12 puntos, pero 3-10 en tiros de campo), uno de los hombres a los que Dallas necesita como al comer si no quiere que esto sea un «Nowitzki contra Miami».

Heat- Mavericks

92
84

Miami Heat (16+27+22+27): Bibby (-), Wade (22), Anthony (-), Bosh (19), James (24) -cinco inicial-, Howard (2), Miller (6), Haslem (7) y Chalmers (12).

Dallas Mavericks (17+27+17+23): Kidd (9), Stevenson (6), Chandler (9), Marion (16), Nowitzki (27) -cinco inicial-, Stojakovic (-), Terry (12), Haywood (3) y Barea (2).
Árbitros: Steve Javie, Mike Callahan, Bill Kennedy. No señalaron faltas técnicas. No hubo eliminados por personales.

Incidencias: Primer partido de las Finales del baloncesto profesional de la NBA que se disputó en el American Airlines Arena, de Miami, ante 20.003 espectadores.

El segundo partido de la serie se disputará esta madrugada a las 03:00 de la mañana (hora española) en el mismo escenario, el American Airlines Arena de Miami. Dallas debe intentar por todos los medios lograr una victoria en feudo visitante, ya que se ha demostrado que, si los Heat pueden sentenciar el anillo en su casa, lo harán sin paliativos. Irse con un 1-1 a Dallas sería un gran soporte anímico para los intereses del equipo representante de la Conferencia Oeste. Aun así, será una empresa complicada, aunque no imposible. De no conseguirse la victoria esta noche, las cosas se verán desde un peor prisma, mas recordemos que Miami ya remontó un 2-0 a Dallas con el factor cancha en contra en las Finales de 2006.

Análisis de la NBA 2010/2011: Conferencia Este (Central Division)


Continuamos con el repaso a lo que ha dado de sí la temporada en la mejor liga de baloncesto del mundo, la NBA. En este artículo analizamos la División Central de la Conferencia Este, integrada por los siguientes equipos: Chicago Bulls, Indiana Pacers, Milwaukee Bucks, Detroit Pistons y Cleveland Cavaliers.

Chicago Bulls:

Regular Season: gran salto cualitativo de los jóvenes Bulls en este curso. Tras ya varias temporadas de progreso constante, los toros han conseguido volver a comandar la clasificación de la liga regular, algo que no lograban desde los tiempos de un tal Michael Jordan. El United Center de Chicago ha sido uno de los fortines más inexpugnables de la NBA, y el equipo, combinando un buen quinteto titular con un muy honroso banquillo, obtuvo merecida recompensa al gran trabajo realizado durante todo el año. Así, los Bulls obtuvieron el mejor récord de toda la liga, con 62 victorias y 20 derrotas, comandando la Conferencia Este y logrando el título de la División Central aplastantemente.

Playoffs: tras una Regular Season excepcional, todos esperaban grandes cosas de estos Chicago Bulls. Y han hecho un gran papel, quedándose a las puertas de la que hubiera sido su primera Final NBA desde 1998. Los hombres de Tom Thibodeau tuvieron una primera ronda plácida, derrotando por un contundente 4-1 a Indiana Pacers, uno de sus rivales de división, que a punto estuvo de ganar para sí el factor cancha en el primer partido de la serie, más igualada de lo que nos dice el resultado. En la segunda ronda esperaba Atlanta Hawks, uno de los equipos más molestos y correosos del Este, que dio más guerra de la prevista al mejor equipo de la temporada, llegando la serie a seis encuentros, con la victoria de los favoritos Bulls por 4-2. Fue en la Final de Conferencia donde el bonito cuento de hadas bull vio truncado su final feliz, encontrándose Chicago con unos Miami Heat realmente intratables. Un Big Three (James, Wade y Bosh) gigantesco no permitió a Rose y compañía realizar el juego visto durante toda la campaña, con un resultado final favorable a Miami de 1-4. Final de curso algo agridulce para un equipo que ha demostrado haber encontrado la llave del éxito y que seguirá estando, sin duda, en la élite de la NBA en las temporadas venideras.

Expectativas y conclusiones: Chicago se ha reencontrado con el éxito tras largos años de idilio con éste en el pasado. El equipo ya venía avisando de su potencial en las últimas temporadas (todos recordamos esa excitante serie de primera ronda ante Boston en los Playoffs  2009) y la bomba de relojería terminó explotando este curso. Si añadimos al poderío de la pareja titular interior (Boozer y Noah) el buen trabajo de jugadores como Luol Deng, Kyle Korver o Taj Gibson, hay un resultado satisfactorio en la suma. Pero si a todo esto adjuntamos un plus de tanta profundidad como es el de la confirmación de Derrick Rose como uno de los mejores jugadores de baloncesto del planeta, tenemos un equipo muy competitivo ante nosotros. Y así ha sido. El «Syrius» de The Allan Parsons Proyect ha vuelto a sonar con fuerza en el United Center. La furia roja ha regresado para quedarse.

Jugadores destacados:

Derrick Rose: podríamos utilizar cientos de adjetivos para definir la temporada del MVP de la liga este curso, todos ellos con valoración muy positiva. El base natural de Chicago (circunstancias del destino) ha cuajado un año espectacular en todos los sentidos, jugando un baloncesto de delicatessen. Anota, asiste, da espéctaculo, el balón no le quema en las manos. Su juventud es su mejor baza, porque eso significa que todavía nos quedan muchos años para seguir disfrutando con su talento. El título no llegó esta vez, pero seguro que le veremos con más de un anillo de campeón NBA en el futuro.

Carlos Boozer: llegó a Chicago el pasado verano, procedente de los Utah Jazz, donde se consolidó como uno de los mejores interiores de la Conferencia Oeste. Su primer curso en los Bulls ha sido muy satisfactorio, aunque se perdiera ciertos tramos de la liga regular por lesión. Ha formado una pareja interior letal con su compañero Joakim Noah. El pick and roll con Rose ha funcionado siempre a la perfección, Boozer no falla en su terreno habitual. Si él y Noah están sanos, hacen mucho daño.

Luol Deng: si Rose es el Michael Jordan de los Chicago Bulls del siglo XXI, Deng es el equivalente a Scottie Pippen en los mismos términos. Segundo máximo anotador y pasador del equipo, buen tiro exterior, tesón y perseverancia. Ya lleva varios años en la disciplina bull, y es uno de los líderes del vestuario. El caballero inglés no defrauda a nadie.

Jugadores decepcionantes:

Hay tres jugadores en la actual plantilla bull que no acaban de dar el do de pecho: CJ Watson, Kurt Thomas y Rasual Butler. El primero no convence mucho como base suplente de Rose y el segundo y el tercero están ya muy lejos de su mejor rendimiento.

Rookies: el turco Omer Asik  ha sido el único jugador novato en los Bulls esta temporada. Aunque no haya jugado mucho, no ha estado mal cuando ha tenido minutos y no es mal complemento de Boozer y Noah.

The Coach: una de las mejores virtudes de los Bulls 2010/2011 es que saben atacar y defender. De que hayan desarrollado una formidable actitud defensiva tiene gran culpa su entrenador, Tom Thibodeau, otrora entrenador asistente en equipos como Boston, Nueva York o Philadelphia, y siempre dedicado a la parcela defensiva. Él ha conseguido conjuntar definitivamente todas las piezas del puzzle bull correctamente y ha sido galardonado por ello con el premio al Mejor Entrenador este curso. Su primera temporada en la Ciudad del Viento no será la última.

Futuro: el porvenir de los Chicago Bulls tiene una pinta estupenda. Aunando juventud y talento como ya lo han hecho, seguirán caminando por una senda apacible. Podrán mantener a buena parte de su roster, también a su principal estrella, Rose, que de momento parece decidido a llevar a la gloria a Chicago cueste lo que cueste. Sería bueno que reforzaran el puesto de base suplente y que dieran salida a los jugadores marginales (pocos) de la plantilla, dando entrada a otros hombres más útiles.

Indiana Pacers:


Regular Season: los Pacers no han sufrido un salto de calidad gigantesco este año, mejorando en cinco victorias su anterior registro. Después de cuatro temporadas sin Playoffs, Indiana ha vuelto a ocupar un lugar entre los 16 mejores equipos de la liga, obteniendo un récord de 37 victorias y 45 derrotas, segundos de división y octavos de la Conferencia Este. Mantuvieron una dura pugna con Milwaukee y Charlotte por entrar en la postemporada hasta casi el final de la Regular Season.

Playoffs: el regreso a la lucha por el título del equipo presidido por Larry Bird fue efímero, cayendo en primera ronda del Este ante el mejor equipo de la Regular Season, Chicago Bulls (4-1). Aun así, batallaron más de lo esperado y pusieron las cosas difíciles a sus rivales de división.

Expectativas y conclusiones: el principal objetivo de Indiana era volver a las eliminatorias por el título, algo que se ha logrado este curso. Lo mejor es que su equipo ha entrado en los playoffs con hombres, y no con nombres. Ninguno de los jugadores del roster pacer son grandes estrellas de la NBA, y su plantilla no tiene demasiada entidad, siendo la peor de las 8 que competían representando al Este en la fase eliminatoria. El primer paso para recuperarse de 4 años con vacaciones anticipadas ya está dado.

Jugadores destacados:

Danny Granger: ha bajado sus números anotadores respecto a las dos anteriores temporadas, pero sigue siendo la estrella y referente del equipo. Sin embargo, su imagen pública ha perdido muchos enteros (o debería) gracias a unas declaraciones realizadas el pasado verano cuando disputaba el Mundobasket de Turquía con la selección nacional estadounidense, en las que dijo que los europeos no usaban desodorante y olían a burros muertos. Para rematar la faena, añadió que en su estado de origen, New Orleans, olía igual.

Tyler Hansbrough: tras un año rookie decepcionante y una primera parte de su año sophomore más o menos parecida, el ex jugador de la Universidad de North Carolina, con una carrera universitaria espléndida a sus espaldas, logró demostrar su valía como jugador de baloncesto y remontar un poco el vuelo tras el parón del All Star. Todavía está lejos de ser el hombre que deslumbró a la NCAA con la camiseta de los Tar Heels, pero su recta final de año ha sido ilusionante. Su tercera temporada con los profesionales nos hará salir de dudas.

Roy Hibbert: otro jugador joven con proyección que juega en las filas de los Pacers. Ha ido in crescendo desde que llegó a la liga, consolidándose como pívot titular en Indiana. Está llamado a formar una dupla interior interesante con su compañero Hansbrough, ya han dado muestras de ello.

Jugadores decepcionantes:

Se llevan esta «honrosa» designación TJ Ford  y Jeff Foster. Ford, el hombre que tantos quebraderos de cabeza diera a José Calderón en Toronto, no pasa por un buen momento en su segunda etapa en el equipo, lastrado sobremanera por las lesiones y muy alejado de la titularidad que en su día atesoró. Algo parecido le pasa a Jeff Foster, que de ser intocable en el quinteto inicial pacer ha pasado a ser un suplente cualquiera.

Rookies: Paul George no ha tenido malos números en su primer año en la NBA y Lance Stephenson ha jugado un papel marginal en el equipo, disputando sólo 12 partidos de los 82 de la Regular Season.

The Coach: tras la marcha de Jim O’Brien como entrenador jefe a mitad de curso, su asistente Frank Vogel cogió las riendas de los Pacers en su primera experiencia como «head coach». Nadie confiaba en él, pero logró que el equipo acabara la liga regular con balance positivo y también el ansiado billete para disputar los playoffs. Si a eso le añadimos lo mal que se lo hizo pasar Indiana a Chicago en primera ronda, parece que el cambio fue para mejor.

Futuro: los días en los que Indiana luchaba por el anillo de la NBA se acabaron hace mucho tiempo. Éste es un equipo perfecto para servir de trampolín a jugadores jóvenes que quieren crecer como baloncestistas, aunque hay varios hombres de la actual plantilla que ya tienen unos cuantos años encima. Lo ideal sería que se trabajara con un equipo  más joven todavía, dejando de lado a algunos veteranos entrados en años y fichando savia fresca y nueva. Es fundamental que este equipo sea el estandarte baloncestístico de un estado, Indiana, para el que el deporte de la canasta es una religión y un estilo de vida.

Milwaukee Bucks:

Regular Season: Milwaukee ha bajado sus prestaciones este curso. Han obtenido 9 victorias menos que en la anterior campaña, quedándose fuera de playoffs cuando todos esperaban que el equipo, dada su plantilla, se clasificara para los mismos. El balance final de los Bucks fue de 35 victorias por 47 derrotas, terceros de la División Central y noveno mejor equipo del Este, muy lejos de la sexta plaza que ocuparon en la temporada 2009/2010 (Nueva York, sexto clasificado de la conferencia, obtuvo 7 victorias más).

Playoffs: no clasificados.

Expectativas y conclusiones: fracaso absoluto de los Bucks en su ya temporada pasada, donde no fueron capaces de obtener el pase a la postemporada aun mostrando gran parte del roster buck un notable rendimiento. Todos esperábamos grandes cosas de esta plantilla, al menos sobre el papel, pero la cancha se ha encargado de poner a todos en su sitio. Una plantilla muy digna, que parecía totalmente carne de playoff (y más peleando por ello durante todo el curso) acabó hastiada y pidiendo las vacaciones a gritos. Los objetivos marcados no se cumplieron y se tiró por la basura el trabajo de toda una temporada en los compases finales de ésta. Temporada para olvidar.

Jugadores destacados:

Brandon Jennings: su año sophomore ha sido ligeramente peor a su primer año en la NBA, pero el base titular de los Bucks sigue siendo, de largo, la estrella del equipo. Máximo pasador y anotador de los ciervos, su baja durante buena parte del año pudo lastrar mucho las opciones de postemporada de Milwaukee.

Andrew Bogut: otro jugador al que los problemas físicos le dan muchos quebraderos de cabeza. Aun así, el número 1 del draft de 2005 nunca ha defraudado desde que llegó a la plantilla buck y mantiene dobles cifras anotadoras y reboteadoras. Uno de los líderes del equipo.

Carlos Delfino: puede que algunos de sus compañeros le hayan sobrepasado estadísticamente, pero el argentino ha tenido un gran año, siendo el alero titular del equipo en 40 ocasiones y consiguiendo los mejores números de su carrera NBA. Por fin ha podido trasladar su gran rendimiento con Argentina a la mejor liga de baloncesto del planeta.

Jugadores decepcionantes:

Muchos jugadores de Milwaukee han estado a un gran nivel este año (Ilyasova, Gooden, Maggette, Boykins), con algunos casos que incluso resultan sorprendentes. Sin embargo, también ha habido tiempo para las decepciones. El máximo exponente de la desgracia personificada en un jugador de baloncesto es Michael Redd. El que en otro tiempo fuera uno de los referentes del equipo, gran tirador e incluso miembro de la selección de USA mantiene una batalla permanente con las lesiones, que le han permitido disputar muy pocos partidos (10) esta temporada. Pese a ello, mostró unos números dignos, lejanos empero a sus mejores momentos como integrante de los Bucks.

Rookies: el único debutante del roster buck durante la temporada ha sido Larry Sanders, que no lo ha hecho mal cuando ha dispuesto de tiempo en la cancha.

The Coach: el desastroso final de liga regular de los Bucks, que les impidió entrar en la lucha por el anillo, todavía es un misterio sin resolver. Scott Skiles no pudo remar frente a las circunstancias adversas que las lesiones provocaron en su plantilla y al final acabó pagándolo caro. Y eso que las cosas no le habían ido mal en el transcurso del año.

Futuro: Milwaukee es una de las franquicias NBA a la que más le pùede afectar el posible lockout (cierre patronal) de la liga, ya que en sus filas hay varios jugadores internacionales. Es más, ha quedado claro que, de producirse el aplazamiento del inicio de la temporada, Brandon Jennings y Ersan Ilyasova volverían a Europa (Delfino les acompañaría casi con total seguridad). Incluso puede que el ala pívot turco salga del equipo en verano de vuelta al Regal FC Barcelona, en el que ya militó durante dos temporadas a un gran nivel. Así pues, parece que los Bucks tendrán mucho trabajo este verano.

Detroit Pistons:

Regular Season: los Pistons no han mejorado mucho sus registros pasados, volviendo a ser uno de los equipos punteros de la NBA empezando por el final de la tabla. Han conseguido 3 victorias más que en el curso pasado, obteniendo un resultado de 30 victorias y 52 derrotas, cuartos en su división y undécimos clasificados del Este.

Playoffs: no clasificados.

Expectativas y conclusiones: en la ciudad del autómovil y de la Motown se vive un auténtico proceso de reconstrucción. Pocos vestigios quedan ya del equipo campeón de la NBA en 2004 y subcampeón en 2005. Sólo 3 jugadores de aquella plantilla (Tayshaun Prince, Richard Hamilton y Ben Wallace) sobreviven hoy en el equipo. Los Pistons son un hervidero de  jóvenes que todavía necesitan foguearse más, junto con jugadores más veteranos y expertos. No hay grandes estrellas en su plantilla, y el vestuario es uno de los más comprometidos de la liga, como ha quedado demostrado en varias ocasiones durante la temporada, con un entrenador al que los jugadores han cuestionado públicamente y al que no respetaban. Ante tal polvorín, la lógica ha hecho mella y los Pistons son ahora mismo un equipo sin rumbo fijo, sin capitán y sin timón.

Jugadores destacados:

Tayshaun Prince: es el mejor jugador de los Pistons actualmente, aunque corran tiempos difíciles. Nunca ha sido un hombre destacado en el conjunto de la NBA, siempre ha sido un jugador en la sombra, secundario, que juega para el equipo.

Richard Hamilton: pese a que los años ya hacen mella, «Rip» intenta seguir al pie del cañón. Su año ha sido un tanto irregular, pero sigue siendo uno de los hombres más destacados y trabajadores de Detroit. Apura sus últimos años como jugador de baloncesto.

Greg Monroe: una de las sorpresas más agradables de los Pistons esta temporada. Ha tenido un año rookie muy bueno, siendo ya el jugador interior más destacado de la plantilla y pilar fundamental de los proyectos de futuro de la franquicia.

Jugadores decepcionantes:

El único hombre cuyo rendimiento ha sido deplorable al 100% es Tracy Mcgrady, irrecuperable ya para la causa baloncestística. Sus números distan mucho de los que logró en su día en Toronto, Orlando y Houston. Si a esto le unimos su condición de agitador número uno del vestuario, ya lo hemos dicho todo.

The Coach: el banquillo de los Pistons es uno de los menos deseados de la NBA en estos momentos. John Kuester no ha podido domar a los Bad Boys de ninguna manera esta temporada, gozando de una nula autoridad en el vestuario. Sus jugadores llegaron a reírse de él en un partido en el que fue expulsado, le han criticado públicamente en más de una ocasión,  algunos pesos pesados del equipo tuvieron sus más y sus menos con él y, en definitiva, todos deseaban con fervor que Kuester desapareciera de sus vidas. Sus deseos se han hecho realidad, ya que el malogrado entrenador no continuará la próxima temporada.

Futuro: el principal objetivo de Detroit  es obtener algo de provecho en el próximo Draft. Elegirán en octava posición, asi que podrían escoger a algún jugador interesante. Bismarck Biyombo, ex jugador del Baloncesto Fuenlabrada de nuestra ACB, sería un refuerzo muy acorde al tipo de jugador interior que vemos en este equipo. Se dice que será Top 10, asi que si lo tienen a mano no deberían desaprovechar la oportunidad, y más después del Nike Hoop Summit que realizó.

Cleveland Cavaliers:

Regular Season: el año post Lebron ha sido especialmente duro para los Cavs, que han pasado de estar en posesión del mejor récord de la NBA en la temporada 2009/2010 (61 victorias y 21 derrotas) a ser el peor equipo de la Conferencia Este, el último clasificado en la División Central y también el segundo peor equipo de toda la liga, con un récord de 19 victorias por 63 derrotas. Además, Cleveland tiene a partir de esta temporada el muy «gratificante» honor de ser el equipo con la peor racha de derrotas consecutivas (26 partidos) de toda la historia de la NBA. Los Cavaliers también son, desde esta temporada, el equipo que ha encajado la derrota de mayor diferencia histórica en la mejor liga baloncestística del mundo (112-57 ante Los Ángeles Lakers).

Playoffs: no clasificados.

Expectativas y conclusiones: temporada nueva, vida nueva, y más si uno de los emblemas de la NBA, Lebron James, se marcha del equipo después de 7 cursos vistiendo los colores de los Cavaliers. No fue el único. Zydrunas Ilgauskas, otro clásico de los Cavs, y Shaquille O’Neal, que llegó la temporada anterior como plus para acercarse más al anillo, también dijeron adiós al equipo del estado de Ohio (más tarde también saldría de la franquicia su base titular, Mo Williams, otro jugador importante). Así, con nuevos roles para casi la totalidad de la plantilla y con nuevo entrenador (Byron Scott), Cleveland vivió una temporada en la que las sombras predominaron sobre las luces. A final de curso las cosas comenzaron a ir algo mejor, e incluso algunos de los jugadores jóvenes que ahora son multitud en la franquicia (Eyenga, Hickson, Gibson, Sessions) mostraron buenas aptitudes. El año post Lebron ya pasó.

Jugadores destacados:

Antawn Jamison: le tocó asumir el liderazgo del equipo en la cancha tras la marcha de James, y no defraudó. Aunque ya no es tan joven ni mantiene el gran rendimiento mostrado en los Washington Wizards, ha manejado buenas cifras estadísticas. Es un buen anotador y reboteador.

Baron Davis: llegó al equipo en febrero gracias al mercado de traspasos y a una operación conjunta entre su equipo, Los Ángeles Clippers, y Cleveland. No es el Davis de los buenos tiempos, pero por lo menos su aportación ha sido aceptable en los partidos disputados con los Cavs, rindiendo a un mejor nivel que en los Clippers.

J.J. Hickson: portavoz de los jóvenes de la franquicia, que son multitud, a Hickson le ha sentado bien contar con una mayor importancia en el equipo, promediando buenas cifras anotadoras y reboteadoras. Será importante si Cleveland mantiene esa apuesta por la juventud que parece querer llevar a cabo.

Jugadores decepcionantes:

Quizá se esperaba una mayor aportación de Anthony Parker al contar con más minutos, también algo más de tiempo en cancha para ciertos jugadores, etc. Anderson Varejao, pieza clave de los Cavaliers desde ya, no ha podido demostrar toda su valía este curso debido a sus problemas físicos. Cuando esté totalmente recuperado, debe ser uno de los hombres importantes del proyecto de los Cavs.

Rookies: 5 ha sido el número de jugadores novatos que ha albergado Cleveland en sus filas esta temporada. El mejor de todos ellos ha sido Samardo Samuels, seguido de cerca por el ex ACB Christian Eyenga, jugadores ambos que comenzaron el curso jugando en la NBDL debido a la poca confianza del entrenador Scott, aunque finalmente se ganaron un sitio en el roster de los Cavs. Manny Harris aprovechó sus minutos de juego (jugó 54 partidos) y Semith Erden y Luke Harangody, que llegaron al equipo a mitad de temporada merced a los traspasos, tuvieron una suerte dispar: el primero empeoró su rendimiento y el segundo mejoró sus prestaciones.

The Coach: año duro para Byron Scott, que sabía, como todos, que la marcha de Lebron sería durísima de asumir. A pesar de todo, el equipo consiguió salvar un poco los muebles y no ser el peor equipo de la liga (lo fue Minnesota). Además, el ex entrenador de los New Orleans Hornets fue dando poco a poco más oportunidades a algunos de los jóvenes de la plantilla cav, consiguiendo una buena comunión entre veteranos y jóvenes. La mala noticia para Scott es que ahora ya no sólo será recordado por su formidable paso por los Lakers del Showtime (como jugador), sino que también se le recordará como el entrenador del equipo que cosechó una mayor racha de derrotas consecutivas en la historia de la NBA.

Futuro: después de conseguir, contra todo pronóstico, ser el poseedor de la primera elección del Draft 2011 en la lotería previa al sorteo, Cleveland debe ir de cabeza a hacerse con alguno de estos grandes jugadores universitarios: Kyrie Irving, Derrick Williams o Brandon Knight, que forman el que presumiblemente será el podio del draft venidero. El primero, según los «mock drafts» especializados, es el que más papeletas tiene para ser nuevo integrante del equipo de Ohio.

Análisis de la NBA 2010/2011: Conferencia Este (Atlantic Division)


Comenzamos aquí un repaso a lo que nos ha deparado la NBA en el curso que ya está llegando a su fin. Realizaremos un completo recorrido por las franquicias de la mejor liga de baloncesto del planeta, analizando lo que ha dado de sí la temporada para cada una de ellas y también su futuro. Obviaremos el análisis de los equipos que aún disputan el Playoff por el título, dejándolo para más adelante.

Empezamos analizando la Conferencia Este. La primera de sus divisiones es la Atlántica, la cual componen Boston Celtics, New York Knicks, Philadelphia 76ers, New Jersey Nets y Toronto Raptors.

Boston Celtics:

Regular Season: los célticos, desde la creación de su Big Three particular (Ray Allen, Paul Pierce, Kevin Garnett) no bajan de los primeros puestos del Este, siendo este año terceros con un récord de 56 victorias y 26 derrotas, ganando con gran margen el título de su división. En cuanto a su rendimiento a lo largo de la temporada, hay una gran simbiosis con el mostrado por sus grandes rivales históricos, LA Lakers, ya que comenzaron el curso acumulando gran cantidad de victorias consecutivas, pasaron por una mala racha antes del All Star, volvieron a brillar con luz propia tras el pequeño parón de mediados de febrero y acabaron la fase regular con la lengua fuera.

Playoffs: la postemporada comenzó de forma muy plácida para los célticos, que despacharon por un cómodo 4-0 su eliminatoria de primera ronda frente a los Knicks de Nueva York, que nada pudieron hacer ante el escuadrón verde. Sin embargo, su aventura llegó hasta las semifinales de conferencia, siendo eliminados de la carrera por el título por Miami Heat, uno de los grandes aspirantes al anillo en el Este, que logró el pase a la penúltima ronda por un inapelable 4-1. ¿Final de ciclo?

Expectativas y conclusiones: en la mejor franquicia de la historia de la NBA, tras el subcampeonato de 2010, se querían igualar o superar cotas pasadas, con esa referencia ya mencionada de la pasada presencia en las Finales NBA muy presente. Una tarea que acabó por ser harto complicada al cernirse la desgracia, en forma de lesiones, sobre los verdes, con la ausencia de algunos de sus mejores hombres (Garnett, Shaquille y Jermaine O’Neal, Perkins) durante gran parte del año. La acusada veteranía del grupo dirigido por Doc Rivers, sobre todo en la pintura, llevó al equipo a reclutar savia nueva en el mercado de traspasos (Krstic, Green) y a despedirse, entre otros, del malogrado Kendrick Perkins, otrora jugador importante dentro de los esquemas de la franquicia de Massachussets, duramente lastrado por las lesiones este año, que partió rumbo al Oeste (Oklahoma). Finalmente, lo desfavorable pesó más que lo favorable y Boston no ha logrado llegar muy lejos en la postemporada.

Jugadores destacados:

Rajon Rondo: el base titular de Boston progresa adecuadamente año tras año y, salvando ciertos altibajos debidos a lesiones durante algunas fases del curso, su rendimiento le sigue posicionando como uno de los mejores 1 de la NBA. Y eso que no tuvo un verano fácil, ya que tuvo que abandonar la concentración de la selección estadounidense previa al Mundobasket de Turquía debido a problemas personales, cuando se le consideraba uno de los grandes estandartes de los chicos de USA.

Paul Pierce: curioso que un jugador nacido en la ciudad del eterno rival, Los Ángeles, haya tenido una carrera tan prolífica y lustrosa en los Boston Celtics. Pierce sigue siendo la estrella indiscutible del equipo, aunque la edad comienza a pasarle factura.

Ray Allen: el ex jugador de los desaparecidos Seattle Supersonics sigue deleitando al Boston Garden con sus triples imposibles, su saber hacer y su caballerosidad. Este año logró hacerse con la ostentosa marca de mayor triplista de la historia de la NBA (2561 lanzamientos acertados).

Jugadores decepcionantes:

En este apartado hay varios casos que tratar. En primer lugar se encuentran los jugadores duramente castigados por las lesiones, como son Kevin Garnett, Shaquille O’Neal y Jermaine O’Neal, el primero pudo redimirse de su más que mejorable año en los Playoffs, en cambio los O’Neal, fichados para dar más caché a la pintura céltica, nunca llegaron a mostrar un rendimiento acorde a lo esperado esta temporada. Después hay casos como el de Nate Robinson, que no pudo adaptarse a su rol de jugador de banquillo en ninguna de sus dos temporadas con Boston y que salió del equipo junto con Perkins, o el de Jeff Green, que llegó desde Oklahoma con Nenad Krstic, siendo superado claramente por su compañero de viaje.

Rookies: Boston no ha contado en sus filas con ningún jugador de primer año en la temporada 2010/2011. Cabe destacar, no obstante, el rendimiento ascendente de Glen Davis, con 3 años en la NBA a sus espaldas, consolidado como 7º-8º hombre desde el banquillo.

The Coach: mucho se había especulado sobre la posible marcha de Glenn «Doc» Rivers. Rumores que han acabado por desaparecer al confirmarse hace unos días su renovación por 5 años más en el puesto. Rivers ha conseguido, desde su llegada a la franquicia en 2004, devolver al mejor equipo histórico de la NBA al lugar que le correspondía, con un anillo de campeones (2008) y un subcampeonato (2010) como grandes logros.

Futuro: todo apunta a que se producirá una profunda renovación en el vestuario céltico, antes o después. Boston tendrá que despedirse pronto de sus grandes puntales, ya muy entrados en años, y deberá buscar en los tres lugares posibles (draft, mercado de fichajes y agentes libres) nuevos jugadores de garantías que puedan mantener al equipo en los primeros puestos del Este y de la NBA.

New York Knicks:

Regular Season: los Knicks vivieron un comienzo de liga realmente ilusionante de la mano de su nuevo jugador franquicia, el ex de Phoenix Suns Amar’e Stoudemire, que llevó al equipo a las primeras posiciones de la conferencia y de la la liga. Tras resentirse este fulgurante inicio de curso, los dirigentes del equipo de la Gran Manzana decidieron, tras muchas semanas de rumores y de incertidumbre, hacerse con los servicios del deseado Carmelo Anthony, que llegó desde Denver acompañado por otro gran jugador y campeón NBA, Chauncey Billups. No les salió demasiado bien la jugada a los Knickerbockers, que vieron cómo desaparecían de sus filas algunos de los hombres más destacados en los esquemas de Mike D’Antoni (Gallinari, Felton, Chandler), quedando un equipo descompensado con el que había que empezar de cero. Así, acumulando rachas positivas prolongadas y rachas negativas también extensas, se llegó al final del curso con el objetivo del playoff asegurado y  un récord de 42 victorias y 40 derrotas, segundos en su división y sextos en la Conferencia Este.

Playoffs: no hay mucho que decir de la postemporada neoyorkina. Simplemente que fueron barridos de la pista de una manera descomunal por su rival en los cuartos de final de conferencia, Boston Celtics, por un inapelable 4-0. Aunque NY logró dar guerra durante toda la serie, Boston logró imponerse en aquellos partidos de la misma con un final de encuentro más apretado y despertó del sueño de las semifinales del Este a unos Knicks que llevaban sin clasificarse para las eliminatorias por el título desde 2004.

Expectativas y conclusiones: tras muchos años de travesía por el desierto, los Knicks consiguieron volver a las elminatorias por el título. El fichaje de Amar’e Stoudemire en verano, tras no conseguir a Lebron James, y la llegada de Carmelo Anthony en febrero lograron colmar las ansias de los aficionados y dirigentes neoyorkinos, que deseaban con gran fervor volver a ver a algunos de los mejores jugadores de la NBA en las filas de su equipo. El esquema de juego de Mike D’Antoni puede ser discutido, pero el objetivo marcado a principio de temporada ha sido cumplido con creces. El primer paso para la reconstrucción son los cimientos, y parece que en Nueva York ya han comenzado a llevarla a cabo.

Jugadores destacados:

Amar’e Stoudemire: no pudo adaptarse mejor a la Gran Manzana el gran «Stat». Tras un comienzo de temporada magistral, que le llevó a meterse en las quinielas por el MVP de la temporada, vio algo mermada su importancia en el equipo con la llegada de Melo, aunque siguió al pie del cañón, completando así un gran curso. Sus problemas físicos mermaron su aportación en los playoffs, uno de los aspectos que pudo decantar la balanza a favor de Boston en la serie que enfrentó a ambos conjuntos.

Carmelo Anthony: el jugador más deseado por propios y extraños en la recta final del mercado de traspasos de la NBA acabó recalando en uno de los lugares donde con más fuerza había sonado su nombre, Nueva York. Su llegada al equipo, unida a la salida del grueso del quinteto titular knickerbocker, no influyó en sus actuaciones individuales, tan destacadas como casi siempre, sino en el rendimiento colectivo del grupo, que llegó a encadenar varias derrotas consecutivas tras el parón provocado por el All-Star. Finalmente, Melo se adaptó a los Knicks y éstos se adaptaron a él, siendo ya el jugador franquicia sin paliativos, liderando al equipo a una buena racha de victorias consecutivas en los últimos partidos de la liga regular y siendo el líder indiscutible de NY en los 4 partidos disputados de playoffs.

Landry Fields: muchos jugadores de primer año no tienen una importancia trascendental en sus respectivos equipos durante sus primeros años en la liga. Ése no es el caso de Fields, que logró encandilar al Madison Square Garden desde que disputó su primer partido con la camiseta de los Knicks.  El escolta/alero de la Universidad de Stanford ha logrado asentarse en el cinco inicial del equipo de la Gran Manzana y sus números le han permitido ser uno de los mejores rookies de la temporada, siendo incluido, en la posición de 3, en el primer quinteto de jugadores novatos.

Jugadores decepcionantes:

Ha habido varias decepciones en los Knicks este curso. Quizá la más preocupante sea la provocada por el base Chauncey Billups, campeón de la NBA con los Detroit Pistons en 2004 y MVP de las Finales de aquel año. Su adquisición, ligada al traspaso de Carmelo Anthony, causó gran ilusión dada su dilatada experiencia. Ilusión que pronto se disipó debido a su físico, ya maltrecho por los años y las lesiones, haciendo recordar con nostalgia a los seguidores knickerbockers a su base titular de principio de temporada, Raymond Felton. La otra decepción fundamental, en este caso en materia de traspasos, fue la provocada por la marcha de Wylson Chandler, sexto hombre del equipo, ya que su puesto no ha podido ser cubierto con tantas garantías por Shawne Williams. Aun así, puede que esta decepción acabe pronto, y lo explicamos en el apartado de Futuro.

The Coach: aunque su estilo de juego (el famoso Run and Gun, mucho ataque y poca defensa) haya sido cuantiosamente criticado, Mike D’Antoni ha logrado cumplir el propósito que se le marcó desde su llegada al equipo hace tres años: volver a clasificar a los Knicks para la lucha por el título. Meritoria labor, y más teniendo en cuenta que le ha tocado lidiar con dos plantillas Knicks distintas durante la temporada.

Futuro: el objetivo fundamental de Nueva York de cara al verano es hacerse con un tercer jugador referente de la liga que logre formar un nuevo Big Three en la NBA. Se ha hablado, por ejemplo, de Chris Paul o de Deron Williams para ocupar el puesto de base titular que ahora recae en Chauncey Billups. Los Knicks también parecen dar muestras de interés por un jugador español que acaba contrato con su equipo, Marc Gasol, que dispondrá de cuantiosas ofertas en el período estival gracias a su gran final de año, y quieren recuperar a un jugador que perdieron en febrero y que no cuenta con minutos en Denver Nuggets, Wylson Chandler, ansioso por volver a ser el sexto hombre de lujo de estos Knicks.

Philadelphia 76ers:

Regular Season: nadie esperaba que los 76ers pasaran de ser uno de los peores equipos de la NBA en la temporada 2009/2010 a clasificarse para los Playoffs este año, y más si tenemos en cuenta que prácticamente contaban con los mismos efectivos. Este equipo ha logrado reunir a un conjunto de jugadores jóvenes de calidad (Iguodala, Holiday, Williams, Young) unidos a algunos veteranos interesantes (Brand), que han logrado conjuntarse adecuadamente y ser un equipo peligroso, un lobo con piel de cordero. Su balance final en la liga regular ha sido de 41 victorias y 41 derrotas, terceros de su división y séptimos clasificados de la Conferencia Este.

Playoffs: fueron eliminados en primera ronda por Miami Heat por un resultado de 4-1, engañoso, ya que los Sixers pusieron en apuros a uno de los grandes favoritos al anillo tanto en casa como en Philadelphia, estando a punto de robarles el factor cancha en el primer partido de la serie. Sin embargo, los Beach Boys de los Heat acabaron siendo demasiado para los jóvenes cachorros de Philadelphia, para los que la clasificación para la postemporada ya era considerado el mayor de los éxitos.

Expectativas y conclusiones: sensacional año para Philadelphia, que ha conseguido redimirse de su desastrosa temporada anterior para volver a levantar pasiones en uno de los grandes centros baloncestísticos de los Estados Unidos. Nadie esperaba que se superaran con tan altas creces los nada agradables logros de la campaña anterior. Sólo se puede hablar de éxito esta temporada para los 76ers.

Jugadores destacados:

Andre Iguodala: desde la marcha del santo y seña de la historia de los Sixers junto con Julius Erving, Allen Iverson, Iguodala ha sido el jugador más destacado del equipo temporada tras temporada. Este año no podía ser menos, siendo siempre decisivo en los momentos candentes y dejando muestras de su gran talento una y otra vez.

Jrue Holiday: tras un año rookie muy decepcionante, merced a las lesiones, el ex de UCLA ha cuajado un gran segundo año en la NBA, logrando asentar su titularidad en el puesto de base y siendo uno de los puntales del equipo, tanto en la dirección de juego como en la anotación. Jugador muy prometedor a tener en cuenta.

Elton Brand: quienes decían que «Mr 20-20» estaba acabado se equivocaban. El ex de LA Clippers, entre otros, ha vivido una segunda juventud en esta temporada, volviendo a ser una fuerza bruta en la zona y un rival temible para sus pares, con buenas cifras anotadoras y reboteadoras (líder de Philadelphia en estos dos apartados estadísticos).

Jugadores decepcionantes:

Se lleva la palma Andrés Nocioni, que no ha contado demasiado en los esquemas de Doug Collins, logrando unas estadísticas indignas de un jugador con un palmarés como el suyo. Otro veterano de las canchas como Tony Battie tampoco ha salido demasiado bien parado este curso.

Rookies: parece que los Sixers tienen buen ojo en la lotería del draft. Siempre suelen reclutar a buenos jugadores universitarios, aunque este año el rookie elegido, Evan Turner, no ha tenido un papel demasiado destacable, pese a su mejoría en los playoffs.

The Coach: Después de muchos años sin entrenar y de dirigir a vestuarios tan comprometidos como el de los Chicago Bulls de finales de los 80, los Detroit Pistons de mediados de los 90 o los Wizards de las últimas temporadas de Jordan, Doug Collins regresó a los banquillos NBA y lo hizo a lo grande, sorprendiendo a propios y a extraños clasificando para la postemporada a Philadelphia cuando nadie creía en esa posibilidad,  logrando integrar sobremanera a los jóvenes del roster en sus esquemas de juego, dándoles una capital importancia.

Futuro: Philadelphia debe intentar mantener en su plantilla al núcleo duro de la misma, especialmente a los prometedores jóvenes que en ella habitan, e intentar dar un paso más en sus aspiraciones para alcanzar cotas mayores pronto. También debería plantearse recuperar para la causa baloncestística a un jugador como Andrés Nocioni, que podría aportar mucho más de lo aportado hasta ahora, si es que el argentino sigue en el equipo.

New Jersey Nets:

Regular Season: los Nets no logran salir del abismo de los últimos puestos de la liga desde hace varias temporadas. El traslado de la franquicia al barrio neoyorkino de Brooklyn el próximo curso es el principal centro de atención de los Nets, ya que los resultados siguen sin acompañar. La compra del equipo por parte del millonario ruso Mikhail Prokhorov dio un soplo de aire fresco al equipo, llegando a sus filas procedente de los Utah Jazz uno de los mejores bases de la NBA, Deron Williams. Aun así, el rendimiento de la plantilla siguió en la misma línea, concluyendo el año con un balance de 24 victorias y 58 derrotas, mejorando en 12 victorias el registro anterior, siendo terceros de división y cuarto equipo por la cola de la Conferencia Este.

Playoffs: no clasificados.

Expectativas y conclusiones: el objetivo claro de Nueva Jersey era mejorar los resultados de la desastrosa campaña anterior, cuando sólo consiguieron 12 victorias por 70 derrotas. Eso se ha logrado, pero la imagen de los Nets sigue dejando mucho que desear, aunque este año haya habido equipos mucho peores que ellos. Es ésta una franquicia claramente abocada al futuro, a la que todavía le queda, a grosso modo, mucho para volver a ser lo que fue a comienzos de siglo.

Jugadores destacados:

Deron Williams: al base natural de West Virginia le ha tocado bailar con la más fea esta temporada. Su salida de Utah, debido a problemas personales con el entrenador Jerry Sloan, un equipo que tampoco pasa por su mejor momento, y su fichaje por los Nets, un equipo perdedor y todavía más a la deriva, han hecho de su temporada un calvario en lo deportivo. A nivel individual, ha sido el mejor jugador de Nueva Jersey, sin resentirse sus estadísticas.

Brook López: otro de los líderes de los Nets desde que llegó al equipo hace dos temporadas. Ha sufrido un año irregular, pero sigue siendo importantísimo, tanto dentro como fuera de la cancha. Su poderío en la zona siempre es capital para que los Nets logren imponerse en el marcador.

Anthony Morrow: para ser un sophomore (jugador de segundo año), ha entrado pronto dentro del grupo de jugadores más destacados de su equipo. Toda una amenaza desde el perímetro.

Jugadores decepcionantes:

Mencionamos aquí a los tres rookies del equipo (Sundiata Gaines, Damion James, Ben Uzoh) que han tenido una participación testimonial esta temporada.

The Coach: los Nets son un equipo actualmente más centrado en su futuro que en su presente, y así parece estar estructurada la plantilla. Avery Johnson, quien ya llevó a los Dallas Mavericks a rozar la gloria con la punta de los dedos, parece un entrenador muy capaz para conseguir mejorar la situación en Nueva Jersey, aunque a medio-largo plazo si el roster de los Nets no varía demasiado.

Futuro: ahí tienen puestas todas sus esperanzas los New Jersey Nets, sobre todo en lo referente a su traslado a Brooklyn la temporada que viene. Deben intentar mantener en la plantilla a Deron Williams (veremos si lo consiguen, es complicado) y también a Brook López, al que seguro que no le faltarán novias. No estaría mal que mejoraran algunas de sus posiciones titulares y también algunas de las suplentes. Se supone que el dinero ya no les falta, asi que deben invertirlo lo mejor posible si quieren dejar de ser un equipo perdedor y aspirar a algo más.

Toronto Raptors:

En el único equipo no estadounidense de la mejor liga de baloncesto del mundo prosiguen las malas noticias. Han regresado a  la cola de la liga, y ya son 3 temporadas consecutivas sin lograr el billete de ida a los playoffs. Se ha bajado mucho el nivel respecto a la anterior temporada, aunque algunos jugadores de la plantilla del equipo canadiense hayan mejorado sus prestaciones. El balance final de los Raptors ha sido de 22 victorias y 60 derrotas, últimos de su división y poseedores del 3º peor récord de la NBA (2º por la cola en el Este).

Playoffs: no clasificados.

Expectativas y conclusiones: la principal meta de Toronto esta temporada era volver a la postemporada, luchar por el título. Sin embargo, la cruda realidad despertó del sueño a los canadienses bien pronto. El buen hacer de los grandes jugadores del roster raptor (Calderón, Bargnani, DeRozan, Kleiza) no sirvió para mejorar, sino para empeorar, los resultados cosechados en la campaña anterior, cuando el equipo se quedó en la antesala de los playoffs al arrebatarle Chicago la octava plaza del Este, que daba acceso a ellos, en el último momento, y tampoco ayudó demasiado la marcha del jugador franquicia de Toronto, Chris Bosh, de la que todavía no se han recuperado. Aun así, el futuro de la franquicia no tiene mal color ni mucho menos si las gestiones en el plano deportivo se realizan convenientemente.

Jugadores destacados:

Andrea Bargnani: a pesar de sus problemas con las lesiones este año, el primer europeo en ser número 1 del draft de la NBA sigue comandando el barco de los Raptors y sus números no se resienten. Quizá su ausencia durante gran parte de la temporada sea el principal motivo por el que Toronto no está entre los 8 mejores equipos de la liga este curso.

José Manuel Calderón: el base español ha completado una de sus mejores temporadas en la NBA, siendo uno de los jugadores más destacados en su posición de la Conferencia Este. Ha sabido dirigir al equipo con mesura, con muy buenas cifras de asistencias. Las lesiones fueron, por fin, clementes con el de Villanueva de la Serena tras las muchas penurias que le han hecho pasar una temporada sí y otra también.

DeMar DeRozan: el escolta de segundo año aprovechó al máximo la lesión del mejor jugador raptor, Bargnani, para explotar todo su potencial y reinvidicarse como uno de los mejores jóvenes de la liga. Ya es uno de los iconos del equipo y ha demostrado ser un gran anotador y todo un experto en el siempre complicado arte del mate.

Jugadores decepcionantes:

Casi todos los suplentes de los Raptors son jugadores que no aportan ese plus de intensidad necesario para suplir a los titulares. Hay pocas excepciones a esta regla (Amir Johnson, Jerryd Bayless, Reggie Evans).

Rookies:

Ed Davis y Solomon Alabi  han sido los novatos de la nómina raptor este curso. El primero ha jugado  bastantes minutos y su aportación ha sido satisfactoria, mientras que el segundo casi no ha gozado de oportunidades esta temporada.

The Coach: Jay Triano no ha tenido un curso fácil al frente de los Raptors, teniéndose que adaptar a situaciones complicadas (la marcha de Bosh, la prolongada ausencia de Bargnani por lesión) con muchas dificultades. Sus jugadores de mayor entidad han dado la talla, pero todavía hace falta más unión en el vestuario y en la cancha para hacer frente a retos mayores.

Futuro: lo fundamental ahora mismo en Toronto es olvidar de una vez por todas a Chris Bosh. Después, no estaría mal bucear en el mercado europeo a la hora de los fichajes, la europeización es un concepto muy valorado en esta franquicia desde hace varias temporadas. Este objetivo debe ir unido al de reforzar el banquillo, ya que el cinco inicial raptor es bastante sólido.

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